Quien ama la vida, ama el Cine.

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El cine es como la vida,pero vista a traves de la subjetividad de un lente.

viernes, 6 de septiembre de 2024

LOS PRODIGIOS DEL CINE DEL AYER:

Una cantera de talento, dedicación y versatilidad. 

Johnny Sheffield no solo fue Boy en la saga de Tarzán con Johnny Weissmüller, también personifico una de las obras más conocidas de Booth Tarkington, "Little Orvie" (1940) dirigido por Ray McCarey. Acerca de esta y otras películas interpretadas por prodigios del pasado, abrimos esta nueva entrada del blog.

Pequeño travieso del barrio.


"Little Orvie" de Ray McCarey. De todas las películas perdidas en décadas anteriores, esta, particularmente recuperada para la fanaticada de Tarzán, nos revela cuanto talento tenía el niño Johnny Sheffield, que es el protagonista absoluto, con la consciencia de que la RKO, lo volvería a recuperar más tarde para la última etapa de las aventuras del hombre mono. Se trata de una adaptación de la novela del prestigioso novelista y dramaturgo Booth Tarkington, el mismo creador de "Los Magnificos Amberson" llevada a la pantalla por Orson Welles, y "La Costilla de Adán" adaptaba por George Cukor.     

La historia es muy simple: Orvie, el hijo único de casa, desea tener un perro mascota a como dé lugar, aunque ello le signifique desobedecer las órdenes de sus padres, e integrar clandestinamente a un can, que se encuentra en la calle, burlando así, la mirada y el control de su estricta nana de color. Johnny interpreta con holgura y sagacidad el rol del travieso niño. Hay momentos en que matiza sus diálogos de tal forma de acentuar los hechos que lo podrían condenar a un castigo ejemplar. 


En casa de Orvie todo es caos y penitencia.


Ciertamente, está película B, menor en ambiciones y logros, estaba perdida de los anaqueles, y ahora se puede disfrutar sin miedo a jibarizar su contenido. Simplemente nos ayuda a entender como Johnny, desarrollaba su talento desde los primeros años, con algunas virtudes que ya dejaba ver su naturalidad y espontaneidad, su buen modo de acomodar los textos sin que se note que están memorizados, y su tremenda potencialidad para salir de los enredos con la travesura tierna de una comedia idealizada y nostálgica, como se producían antes. Descubrirla ahora nos ayuda a recomponer la carrera de sus primeros pinitos en el cine. Recomendable.  


Johnny Sheffield (1931-2010). El destino quiso que cosas buenas pasaran por la vida este prodigioso niño actor californiano, hijo de un actor y de una gran progresista neoyorquina. Con ancestros británicos, los Sheffield se prodigaron en darle una buena cultura a sus tres hijos, y Johnny logro convertirse en una estrella infantil, después de ser seleccionado para el reparto de una obra en Broadway. Gracias a su padre Reginald Sheffield, que preparo a su hijo para una entrevista en MGM, el joven actor llego a convertirse en Boy de la serie de "Tarzán, el hombre mono", después de ser seleccionado entre 300 niños. Creció con la saga de Edgar Rice Burroughs interpretada por Johnny Weissmüller, y después para Monogram se volvió a calzar el taparrabos, ahora de piel de tigre, para "Bomba", el niño de la selva", un serial de aventuras en doce capítulos. ¿Qué hace novedosa la integración de Sheffield en la serie y en el cine? Sin duda, su gran carisma, su seguridad para acentuar los diálogos cuando se exigía y su apuesta figura deportiva, que atrajo la atención de miles de jovencitas en su etapa adolescente. Observarlo actuar en la olvidada "Little Orvie", es duplicar la apuesta y la esperanza profesional de que el niño estaba en el camino correcto. Al abandonar el cine, Johnny se casó una sola vez y tuvo tres hijos, mientras trabajo en la agricultura, la venta de inmuebles y la construcción. Además, logro un título empresarial en la Universidad de Los Ángeles. Por una paradoja del destino, Johnny murió en un accidente, mientras estaba podando un árbol. Perdió el equilibrio, se cayó de la escalera y le sobrevino un infarto cardiaco. Nosotros le recordaremos siempre como el hijo de la jungla, aunque nunca esta demás reconocer, que también fue este listillo niñito Orvie del perro mascota, que lucha por sus derechos personales en el vecindario en que habita. Aunque todo ello, le signifiquen algunas reprimendas.  


Niñita astuta que salvo el cierre de un hotel lleno de artistas. 


"Pequeña Miss Broadway"/"Little Miss Broadway" (1938) de Irving Cummings. De todas las películas que "Ricitos de Oro" hizo para la Fox, esta puede ser la más caustica, arquetípica y formal. Sin embargo, dentro de los parámetros impuestos por el cine de esos años treinta, esta comedia considera ser amable y divertida, de un tono menor eficaz, sin caer en demasiados lugares comunes. Betsy Brown (Shirley Temple, por supuesto), deja el orfanato y se va a vivir con un tío adoptivo hasta un hotel de artistas de vodevil. 


Allí se hará amigo del sobrino de una portentosa millonaria, interpretado por el cantante y bailarín George Murphy, que no acepta que, en un hotel existan "esos bichos raros" como son esos artistas y payasos que están todo el día metiendo bulla en sus ensayos. Entremedio de la deuda que hace imposible a Shirley y su familia seguir sosteniendo la administración del lugar, se une, además, Jimmy Durante y su troupe de magos, actores, cantantes y cómicos, quienes intentan conseguir el dinero y evitar el remate del hotel, hipotecando sus instrumentos, sus artículos de magia y hasta sus propios vestuarios. 


La historia esta típicamente moldeada para su mini estrella, con Shirley pasándola bien en un momento, pasándolo mal en otros instantes, con un poquito de suspenso por allí y un poco de humor por acá, y algunos numeritos musicales donde vuelve a demostrar, porque le admiramos tanto. Si algo hacia bien la Fox, eran seleccionar sus canciones, sus bailes de tap y su reguera de compañeros secundarios siempre acompañándola en sus mejores secuencias, como cuando baila tap con Murphy en casa de la vieja detestable de su tía, interpretada con acierto por la gran actriz secundaria Edna May Olivier. Pero también actúan: Jane Darwell, Phyllis Brook, George Barbier, Edward Ellis, El Brendel y Donald Meek, quienes sobresalen en algún instante significativo del relato.


Otro de los mágicos momentos musicales de Shirley, ocurre dentro de los tribunales donde se tendrá que dirimir que pasará con el hotel de los artistas, y ellos defenderán la causa, montando una obra teatral frente al juez encarnado por el actor Claude Gillingwater. Es el clímax de la película que subrepticiamente se nos hace rápida, ágil, entretenida y muy agradable de ver. Simplemente, una ideal película de matinée para gozar en familia.



Shirley Temple (1928-2014). Fue la niñita dorada de la era de la depresión, que los estudios Fox aprovecharon de promocionar, gracias a una original personalidad de un carácter fuerte y displicente que jamás se detenía frente a los obstáculos de la miseria y el desempleo (su ímpetu reflejaba a la Era Roosevelt), y que la hacía prácticamente ideal en cualquier papel que se le asignara. Rescato con sus películas a la productora de la bancarrota, e impuso el formato de la comedia familiar con niño, que se repitió a lo largo de las décadas posteriores con cierta periodicidad. Nunca mejor que en papeles multifacéticos como: "La pequeña coronela", "Ricitos de oro", "Flor de loto", "Heidi", "La pequeña princesa", "El pájaro azul", "La mascota del regimiento", esta última dirigida por el maestro John Ford que la volvería a tener más jovencita en "Fuerte Apache", y la olvidada pero extraordinaria comedia rural "La joven adorable" de otro maestro Allan Dwan, que resume parte de su carrera en un prólogo divertido y nostálgico.  

En la búsqueda de una vocación.


"Barrios de Nueva York"/"Streets of New York" (1939) de William Nigh. El prodigio Jackie Cooper interpreta a James Michael Keenan y Martin Spellman, al travieso William McKinley "Gimpy" Smith, un pequeño minusválido, que se dedica a la venta de diarios en las avenidas más populares de Nueva York. James esta, además, estudiando abogacía, y su pasado es dramático, pues perdió a su madre, se autofinancia los estudios, cuida a su anciano padre y a Gimpy, y perjura de su propio hermano mayor que está dedicado al robo y a los negocios ilícitos. En una redada algo violenta con la policía, caen los amigos de James, pero él, defiende a la pandilla frente a un juez, quien, con el tiempo, se convertirá en un verdadero amigo de los muchachos invitándoles incluso, a celebrar la Navidad junto a su sobrina.


La película está producida por la Monogram, un estudio pequeño especializado en cintas de bajo presupuesto, rodadas en escaso tiempo y con la pericia del director William Nigh, un experto artesano en seriales B. El filme reúne todas las características de estas películas de bajo perfil: hay una baja iluminación nocturna, decorados paupérrimos, escenarios mínimos, estrechos y algo limitados, que no logran eclipsar el contenido de este relato urbano cunetero, acerca de niños y jóvenes marginales. Unos chicos que caminan de este lado de la carretera son bravucones y algo violentos, otros transitan por el frente y luchan por salir adelante, imponiendo su bondad y su solidaridad con los caídos en desgracia. Tiene buenas intenciones el argumento, y los actores están bien dentro del formato de filme rápido, sobre todo Cooper y Spellman que salvan la empresa con aplicada ternura, algunos toques de humor, acción y drama. El desenlace acongoja, pero era previsible. Completan el elenco: Marjorie Reynolds, Dick Purcell, George Cleveland, Sídney Miller, David Durand, George Irving y Lillian Randolph como una cocinera de color de risa muy estertórea. Interesante como muestra de cine B, perdida en una filmoteca estudiantil. Recordemos que, estas películas iban en las funciones rotativas después de los grandes estrenos. Servían de relleno y gustaban a las plateas populares. 


Jackie Cooper (1922-2011). La generación más joven conoció al prodigio, ya maduro actuando como Perry White, el editor del "Daily Planet" donde trabajan Clark Kent/ Superman y Louis Lane, en la saga Superman. Sin embargo, Jackie comenzó muy niñito en 1929, hasta sus roles mayores como actor infantil en "Skippy" y "El Campeón", que lo transformó en una estrella. De la escudería de la MGM, compartió espacio con Judy Garland, Mickey Rooney y Freddie Bartholomew, y aunque su estilo de filmes le condicionaba a llorar en extremos muy significativos, su look, de niño rubio teñido a lo pandillero joven le caracterizo en algunas de sus mejores películas como: "La isla del tesoro", "El Arrabal" y "Sangre de circo", siempre en dupla con Wallace Beery.   


 

En la búsqueda de una familia.


"El hijo de la armada"/"Son of the navy" (1940) de William Nigh. Especialista en serie B de la Monogram, el director logra aclimatar un interés creciente en casi una hora y 10 minutos. La carismática Jean Parker, James Dunn y el prodigio Martin Spellman, interpretan esta comedia de ambiente marinero. Con todas las prisas y economías de la Monogram, se hace ver y lucir pese a la neutralidad con que están tratadas algunas escenas. Lo mejor es el niño actor Martin Spellmann, que "se roba la película" en varias secuencias junto a su perro mascota, como un huérfano en la búsqueda de una familia de acogida. 

Creando problemas al papa adoptivo. 


La familia ideal: ella es hija de un general y él es un marinero algo ofuscado, y en medio, se encuentra este chico que es un huérfano pícaro y vivaracho, que se las trae a manos llena. Todo en plan disfrutable de pasatiempo pasajero y liviano, exclusivamente para pasar un rato agradable. Es, por tanto, una película B, rápida y aguda, algo nerviosa, hecha con la sapiencia de evitar el ocio y armarse un panorama entretenido de una hora y casi diez minutos. 


Martin Spellman (1925-2020), fue un prodigio secundario, salido de las huestes de la Academia de Prodigios de la MGM. Hizo películas junto a Gary Cooper, Maureen O" Sullivan, Henry Fonda, Brian Don Levy, Jackie Cooper, Mickey Rooney y Spencer Tracy y logro asentar una breve carrera, en los filmes rápidos de la Monogram y la MGM. Por su naturaleza listilla, saladilla y simpática, era común verlo en las comparsas armadas para la gloria de las luminosas estrellas y sobresalió también con nitidez en el drama urbano "Barrios de Nueva York", el trozo introductorio de "Beau Geste" y la comedia de ambiente marinero "El hijo de la armada", aquí visionadas y comentadas. 



En la imagen formando parte de la película "Con los brazos abiertos"/"Forja de hombres"/"Boys Town" (1938) dirigido por Norman Taurog, con Spencer Tracy como el padre Flanagan, decido a fundar un hogar para niños de la calle. Un clásico inolvidable.

Clásicos aventureros.


"Tom Sawyer, detective" (1938) de Louis King. Las aventuras menos auspiciosas de la saga de Tom Sawyer, considera este relato desarrollado en gran parte en exteriores rurales, y con suficiente mordiente como para entusiasmar a los seguidores de la literatura de Mark Twain. El director es hermano del gran cineasta Henry King, y un asiduo al cine B, de baja estola, presupuestos bien acotados y filmación rápida y económica. Si bien los niños actores Donald O"Connor y Billy Cook hacen lo suyo con aplicada naturalidad, incluyendo algunas sanas travesuras que no tiene mayor desperdicio, el filme resulta a la postre, un pasatiempo que se olvida rápido y se desvanece en el recuerdo nostálgico de la filmoteca de la mente. 



Donald O"Connor (1925-2003). Para el cinéfilo aplicado, el recuerdo de este actor de ancestros irlandeses, esta indisolublemente asociado al musical de musicales "Cantando bajo la lluvia". Sin embargo, su carrera despego muchísimo antes, como niño prodigio protegido de la MGM. Debuto en 1937 y "Tom Sawyer, detective" fue su sexta película, ya en régimen estelar, lo que supone un avance que, no llegaría a producirse hasta su adultez. En "Míster Big"(1943) comedia amable con Gloria Jean, "Yes sir, That"s My Baby" (1949) con Gloria De Haven o en "Mi mula Francis"(1950) con Patricia Medina, abrían de preparar el camino con todo su arsenal expresivo, como actor comediante y bailarín para su gran rol como Cosmo Brown en su inolvidable intervención en "Cantando bajo la lluvia" (1952) de Stanley Donen & Gene Kelly. Fue el cenit de su carrera si bien intento hacer la réplica en "Llámeme señora" (1953) y "I Love Melvin" (1953). 


Billy Cook (1925-1981). Otro de los niños olvidados de la historia del cine americano, es este singular pequeño que tuvo su cuarto de hora glorioso como secundario, en distintas producciones en los años treinta. Fue Tom Sawyer en "Tom Sawyer detective", pero además tuvo roles fugaces en "Beau Geste", "Lo que el viento se llevó", y "El pájaro azul" con Shirley Temple. Nunca más que los demás, vino a cerrar una carrera en el cine en 1941 con la comedia naval "Los enemigos del honor" dirigido por Erle C.Kenton, donde compartió estelaridad con Freddie Bartholomew y Jimmy Lyndon, dos prodigios de la escudería MGM.

Cadete a las armas.

"Soldado Profesional"/"Soldier Professional" (1935) de Tay Garnett. El actor fetiche de John Ford, Victor McLaglen interpreta a un policía secreto que es contratado para raptar al pequeño Rey Peter II, encarnado por el precoz Freddie Bartholomew, quien se hace estrecho amigo del muchacho, hasta el grado de protegerlo en el cautiverio feliz que tiene el pequeño monarca. A su lado, la condesa Sonia (Gloria Stuart) y el soldado George Foster (Michael Whalden), vivirán un pequeño romance frente al estricto amparo de Lady Augusta ( Constance Collier).   


La historia se basa en un relato de Damon Ruyon, "Gentlemen, the King" y no es más que, un cuento de intrigas palaciega, abigarrado en la astucia que tiene un muchacho por romper los moldes prestablecidos con la corona. Si bien el filme se sigue con interés, dado la química ternurista que se establece entre McLaglen y Bartholomew, adolece del encanto que pudiera lograr más adelante el prodigio, en los estudios MGM. 

Lo más significativo de esta película, es el rutilante cuerpo de actores secundarios que refuerzan el trabajo acerca del desafío de raptar a un rey niño, para provocar una revolución que obligue a éste, a renunciar al poder y abdicar, aunque al final queda claro que, lo único que desean sus súbditos, entre los cuales se cuentan Gino ( C.Henry Brandon) y Stefan Bernaido (Pedro de Córdova), es asesinar al joven heredero de la corona. Sin embargo, el destino deparara otra cosa, gracias a la estrecha amistad que surge entre el soldado profesional y el joven príncipe.  


Si bien es cierto que el material literario no es gran cosa, se sustenta gracias al trabajo de sus intérpretes y a la puesta en escena de algunas secuencias, principalmente de masas. Detrás de esta historia de aventuras dirigida a la familia, navegan por las aguas también del filme de intrigas, los actores que salvan de la rutina y el ocio la totalidad de las anécdotas, que incluyen hasta una huida por terrenos pantanosos y una ceremonia de condecoración final. Interesante.


Las parejas de niños-prodigios con estrellas, eran más o menos comunes en la década de los años treinta. Ahí están para celebrarlo Jackie Cooper con Wallace Beery, Shirley Temple con Gary Cooper, John Boles, George Murphy o James Dunn o Mickey Rooney con Spencer Tracy, Lewis Stone o Judy Garland. Freddie Bartholomew le saca partido a esta curiosa alianza, con uno de los actores más improbables de su carrera, el grandulón Victor McLaglen, que supo ser fuerte, bruto y algo desgarbado en "El delator" y un puñado de obras mayores de John Ford.


Freddie Bartholomew (1924-1992). Abandonado por sus padres cuando era un bebe, fue educado por una tía que le lego su apellido. En un viaje a Estados Unidos, el productor David O. Selznick se fijó en el muchacho para interpretar una adaptación del clásico "David Copperfield" y comenzó una carrera que le llevo a transformarse en figura infantil insustituible en clásicos de la MGM, como: "Anna Karenina", "El pequeño lord", "Lord Jeff", "Capitanes Intrépidos", "Lloyds de Londres" y "La familia Robinson". ¿Qué hace sublime su participación como niño actor en estas producciones? Su tremenda capacidad para memorizar largos diálogos y comprender integrar parte de sus sentimientos y carácter en los personajes que le tocaba encarnar frente a las cámaras. Nunca medro de una casa a otra, porque en la Metro se sentía seguro y le encasillaban en los roles que más se acomodaban a sus buenos modales de pequeño caballero y su estupenda disciplina para compatibilizar su vida personal con su existencia frente a las cámaras. 

Travesía por la ciudad.


"Emilio y los detectives" (1964) de Peter Tewksbury. Los niños Brian Russell y Roger Mobley encabezan el elenco de esta nueva versión al clásico del cine alemán, coescrito originalmente por Billy Wilder, esta vez, para la factoría Disney. La recuerdo nítidamente en una función sabatina del Cine Plaza. Si bien tiene cambios sustanciales hacia el desenlace, se repiten las escenas claves del relato, como la persecución por las calles de Berlín de los niños y niñas de la ciudad de unos matones de pacotilla. 


Toda la paleta cromática de Disney se ajusta a derecho, y la historia de Emilio en búsqueda de los ladrones del dinero de su viaje a la capital germana, está en los anales de todos los relatos juveniles europeos. Walter Slezak, un característico muy singular y refinado, hace de las suyas, mientras mantiene cautivo al bueno de Emilio, pero no contendrá el contraataque de las pandillas de niños organizadas.


El viaje obligado de Emilio tras los delincuentes que le roban, esta filmado por Tewksbury como un ritual sabático, que muestra algunos de los lugares más hermosos de la Alemania de esos tiempos. En todo caso, se asume la época en las costumbres de los muchachos, la aptitud de sus padres, la reacción de las autoridades policiales, la característica sustancial en el vestuario, los peinados, los decorados y los constantes paseos por Berlín, entre el centro urbano más turístico y la marginalidad más lúgubre. Recordemos que se trata de una ciudad que vivió los embates de la Segunda Guerra Mundial, y que intenta enmendar los rumbos tras la caída del nazismo.  


Lo portentoso de Disney de sus películas de acción real por esos años, después del éxito de la adaptación de "La isla del tesoro" y "20.000 leguas de viaje submarino", es que, "Emilio y los detectives" no intenta pasar gato por liebre, o sea, es un esparcimiento familiar, dulce, travieso, esencialmente evasivo, que contiene escenas de acción, suspenso, y debates muy divertidos entre los niños y niñas participantes. 

Brian Russell y Rober Mobley aparecen como una pareja sostenible y que se meten en problemas al amparo de buscar la justicia, respecto a unos ladrones dirigidos por un truhan que se creía extinto. Funcionan bien en escena y logran cautivar dentro de los cánones establecidos para este tipo de películas familiares tan singulares de los estudios Disney. Recomendable. 


Fotos-Gentileza: RKO Pictures- 20.th Century Fox Pictures- Monogram Pictures- Paramount Pictures- Walt Disney Pictures- Archivo.-



Afiche original de "Little Orvie" dirigida por Ray McCarey interpretada por Johnny Sheffield.

Poster promocional de "Little Miss Broadway" de Irving Cummings con Shirley Temple.

Publicidad de la época para "El hijo de la armada" de William Nigh, con Martin Spellman.


Afiche de "Tom Sawyer, detective" de Louis King con Donald O"Connor y Billy Cook.

Cartel promocional de "Soldado profesional" dirigida por Tay Garnett.



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