Quien ama la vida, ama el Cine.

Quien ama la vida, ama el Cine.
El cine es como la vida,pero vista a traves de la subjetividad de un lente.

viernes, 7 de abril de 2023

CINE CLASICO EN BLANCO Y NEGRO ( 2 ):

Nunca segundas partes fueron tan interesantes como ahora.

"Aelita"/"Aelita, Queen of Mars" ( 1924), debe ser considerada el primer gran clásico del movimiento futurista, antecedente primigenio de "Star Wars" y una prueba legítima que el cine en sus primeros años de vida, creo todos los géneros que se popularizaron con el advenimiento del sonido. De esta obra inmortal y de otras películas que se nos quedaron en el tintero, hablamos en la siguiente entrada del blog.   


Cuando el "albino" insistió para descubrir otras obras fundamentales del cine.

"Asalto y robo del tren" /"The Great Train Robbery" ( 1903 ) de Erwin S. Porter. Inició una serie de conceptos más modernos en el cine, como el rodaje en exteriores, los movimientos de cámara y el uso consciente del montaje. La película adapta una obra de Broadway de 1886, y a su vez, detalla el ataque real a la Union Pacific por la banda de Hole in the Wall del 1900. En su génesis, la obra presenta todos los elementos necesarios para definir el western utilizando únicamente 20 planos. La cinta fascina por la manera en que hace una descripción de los ladrones y golpea la sensibilidad cuando el villano en un primer plano dispara hacia el público en la toma final, rompiendo así una de las reglas básicas de la ficción. Este efecto elocuente sería repetido en numerosas ocasiones después por el cine sonoro, como lo hizo Martin Scorsese en "Buenos muchachos".


"Cabiria" ( 1914 ) de Giovanni Pastrone. Considerada la primera gran cumbre de la representatividad histórica a nivel de superproducción, es la historia del secuestro de una joven romana de una familia patricia, por piratas fenicios durante la segunda guerra púnica del siglo III. El filme incorporó varias innovaciones como la construcción de inmensos escenarios donde se mezclaron distintos estilos arquitectónicos, y para resaltar las figuras dentro de estos gigantescos atrezzos, se elaboraron novedosos travellings y movimientos de grúa, acentuando el uso de focos y de pantallas reflectantes para el mayor aprovechamiento de la luz solar. Además, el director Giovanni Pastrone, que a veces utilizaba el seudónimo Piero Bosco, se esmeró en la elaboración de una partitura musical especialmente hecha para la película junto al músico Hildebrando Pizzetti, con quien compuso la maravillosa "Sinfonía del Fuego". Aunque el guion fue escrito por Pastrone, el poeta Gabrielle D"Annunzio fue quien redactó los muy liricos y apreciados intertítulos que tiene la película. "Cabiria" fue la máxima expresión de la épica del cine italiano de su tiempo.    


"Los Vampiros"/"The Vampires" ( 1915 ) de Louis Feuillade. Con Pathé pisándole los talones a punto de estrenar el serial "Los peligros de Paulina", el productor francés León Gaumont pregunto a Feuillade si podía efectuar un serial sobre asaltantes y atracadores. Nació este extraordinario serial con una historia única dividida en diez capítulos. Resaltaron varias cosas de sus resultados. Primero la utilización de las calles vacías y lúgubres de Paris, porque los hombres habían ido a combatir a la Primera Guerra Mundial. Segundo, la absorbente personalidad como anti-heroína de Musidora (Jeanne Roques), que interpreta a la protagonista central. Tercero, la alternativa de utilizar el montaje de manera mínima, casi estática y con poca profusión de cuts. Todo armado para subrayar como los villanos de esta historia podía coquetear con el fantástico.  


"El golem" ( 1915 ) de Paul Wegener y Henrik Galeen. Antecedente directo de "Frankenstein", La Momia" y de todos los seres anómalos revividos por un conjuro, un papiro o un acto mágico. La vieja leyenda judía del monstruo gigante de arcilla, resulta tan patético como aterrorizador. Sin duda, que este es el punto de inicio de una nueva versión, más elaborada por el mismo Wegener y Carl Boesse, y estrenada en 1920, donde descubrimos la maduración del personaje, como un ser que es capaz de sentir y a la vez experimentar cierta humanización, aunque la existencia del conjuro lo mantenga siempre en el límite de su propia destrucción. Se trata de un personaje significativo para el cine, desde el cual habrían de profitar la mayoría de los monsters del sonoro.      


"Tarzán de los monos"/"Tarzan, the Ape Man" ( 1928 ) de Scott Sidney. El musculoso Elmo Lincoln habría de interpretar al primer Tarzán de la historia del cine, el personaje con más larga data en el séptimo arte, y junto a James Bond, el más perdurable. Se trata de una versión al dedillo de la obra de Edgar Rice Burrough que nos circunscribe a la infancia del personaje interpretado en su inocente desnudez primitiva por Gordon Griffith, con unos pasajes muy logrados con unos monos de guardarropía. Tal vez, la brutalidad del hombre criado en la selva simulada en un rancho en Louisiana, que le roba el corazón a una expedicionaria británica, Jane Porter/Enid Markey no sea del todo perfecta, pero el filme respira el tono aventurero de toda la saga, y nos demuestra que novedoso resultó para la audiencia este mítico personaje. No en vano, se estrenó en el  Broadway Theatre de Nueva York, y recaudo más de un millón de dólares de la época, lo que dio origen a dos secuelas en formato de serial.  


"Corazones del mundo"( "Hearts of the World", 1918 ) de David. W. Griffith. Una historia de amor enmarcada en la Primera Guerra Mundial con libretos del propio Griffith bajo seudónimo y que sirvió como material de propaganda para justificar el intervencionismo de los Estados Unidos en el conflicto. Se trata de un drama en toda su regla muy bien cohesionado por los acontecimientos bélicos, ambientada en Francia y que, por motivos de seguridad, su rodaje tuvo que proseguir entre Inglaterra y California. Cabe destacar las actuaciones de Robert Harron y Lillian y Dorothy Gish y la aparición de Erich von Stroheim como in oficial prusiano y del dramaturgo Noel Coward. Pese a su aire patriótico, es una película muy lograda que integra la ambigüedad en la mirada de los villanos de turno, la carga emocional de las víctimas y los ajustes históricos de la Gran Guerra, no siempre del todo justificada.  


"Vida de perro"("A dog"s life", 1918 ) de Charles Chaplin. Gran película que muestra el paralelismo entre la vida de un vagabundo y un perro huérfano que adopta Charlot. Es la primera película para la productora First National y consolida el personaje esbozado en años anteriores, para darle una rúbrica de salvador de almas igual a la suya. Aquí se trata de rescatar a una muchacha del dance hall para compartir el amor, las vivencias y una "vida de perro" de similares características existenciales, pero, además brinda con Mut, la posibilidad que el perro se integre como un tercer personaje. Contiene grandes gags como cuando Charlot oculta su perro dentro de los pantalones, con los chascarros que ello provocará en su integración al local de entretenimiento, y unos modélicos timing contrastando siempre el drama con la comedia. 


"Madame Dubarry" ( 1918 ) de Ernst Lubistch. Es la gran película histórica del director vienés, donde incorporó innovadores efectos en el decorado, el vestuario, la puesta en escena y la interpretación. Se produjo en una Alemania arruinada por la Gran Guerra e irónicamente ambientada en la corte francesa, con unos altísimos costos y total libertad de desarrollo. La historia de una coqueta y ordinaria dependienta favorita del Rey Luis XV, que al menos desde el punto de vista de su realizador, terminara motivando la Revolución, está planteada por Lubistch con todo su febril ingenio y sátira, gracias a la estupenda actuación de Pola Negri que le da esos toques de absoluta espontaneidad. A la película le fue muy bien en la taquilla y convirtió a los intérpretes, director, productora y al cine alemán en una pieza de admiración en todo el mundo. Como dato curioso, se reestrenó en Talca a principios de los años noventa, en una exhibición especial de la Revista Universitaria de la UC de Chile en el Museo O'higginiano.    



"Las dos tormentas" ( "Way Down East", 1920) de David W. Griffith. El maestro del cine silente americano se vuelve a recrear sobre un universo puritano "en donde pasiones, odios, abusos, vicios y sufrimientos desfilan ante nosotros a la espera de ser purgados". Basada en una historia de Lottie Blaine Parker, y rodada en los estudios de Mamaroneck, manifiesta el estilo de juzgamiento a sus personajes frente a los efusivos males humanos, lo que confiere una gran intensidad dramática al relato, que culmina en el climax final con el protagonista saltando entre los bloques de hielo de un río, para rescatar de la muerte a su amada. Hay en toda esta narrativa, la fundación consciente de un estilo de entender el drama y transmitirlo con la fuerza suficiente de las imágenes elaboradas con gran plasticidad. Detrás de un rodaje durísimo por las condiciones extremas del clima, Griffith contrapone el candoroso elixir del amor que supera cualquier obstáculo aun en situaciones límites. La pareja Lillian Gish y Richard Barthelmess se convierte en los íconos del género y la película en el mayor éxito de taquilla de su director, desde "El nacimiento de una nación".  


"Esposas frívolas"("Fooslish Wives", 1922) de Erich von Stroheim. Es una de las películas más accidentadas de la era muda. La megalomanía del notable director austriaco obliga a Carl Laemmle a competir desde la Universal con los otros estudios en Hollywood, aceptando la idea de construir en estudio a tamaño real toda la plaza del casino de Montecarlo con extremada meticulosidad. El gigantesco decorado es destruido por intensas tormentas, lo que obliga a reconstruirlo para seguir con la película, además se muere en el intertanto uno de los actores que interpreta al embajador norteamericano y Stroheim se ve obligado a reemplazarlo por un doble apenas sugerido con tomas lejanas o de espaldas. En fin, y con todos los alardes y obstáculos, es la prueba fehaciente del gran ingenio de Stroheim para convertir la historia de tres estafadores que se hacen pasar por aristócratas rusos, en un gran espectáculo visual y estético como nunca antes concebido. Una obra maestra de principio a fin.    


Los detalles más significativos hacen de esta obra monumental una película maldita que solo será revalorizada con el tiempo. La película originalmente de larga duración será recortada hasta los 210 minutos para dejar entrever toda la magnificencia de un autor incomprendido, que medró en la era sonora como actor de carácter infravalorado. Conviene repasarla con la insistencia de estar frente a un monumento de la exquisitez estética y formal, donde Stroheim intento reflejar el realismo más objetivo y visceral.      


"Nanook, el esquimal" /"Nanoook, of the North" ( 1922 ) de Robert Flaherty. Considerado el primer documental de la historia, sin embargo, se sabe que muchas de las escenas fueron preparadas conscientemente por Flaherty para el ojo de la cámara. O sea, no todo lo que se ve es espontáneo, y aun así, sigue siendo un gran estudio antropológico sobre una familia de esquimales que intercambia sus pieles de focas, morsas, zorros y osos por cuchillos, caramelos de colores y abalorios. Con toda justicia es el primer referente del futuro cine ecológico, pero además, la prueba palpable de que el cine también puede ser pedagógico, instructivo y cultural. Nanook y su familia nos presentan sus esfuerzos por la supervivencia en tierras inhóspitas, que alcanzan el didactismo etnológico con una expresividad remarcada por la libertad, el amor y la vitalidad. Cabe recordar que resulta paradójico que Nanook muera dos años después, durante una partida de caza por hambre y frio. Un título imprescindible que todavía me funciona muy bien en exhibiciones con alumnos de básica y media.



"Oliver Twist" ( 1922 ) de Frank Lloyd. La versión primigenia del cuento de Charles Dickens está condesada para ser disfrutado por niños y adultos. Jackie Coogan, el recién descubierto prodigio de Chaplin en "The Kid", efectúa el rol central mientras el director se recrea en los ambientes y las anécdotas más características del relato, sin descuidar el ritmo y la sana diversión. De este cuento habrían de venir después con el advenimiento del sonoro, numerosas nuevas versiones, entre las cuales todavía sobresale la versión musical de Carol Reed interpretada por Mark Lester. Es uno de los papeles más queribles por Coogan y sin duda, la consagración estelar de su huella como niñito prodigio. 


"Robin Hood" ( 1922 ) de Allan Dwan. Icono del cine de aventuras, el actor Douglas Fairbanks vuelve sobre el personaje dinámico y jovial siguiendo la estela de "La marca del Zorro" y "Los tres mosqueteros", que interpreto antes y logra su mayor película, gracias a su inventiva traspasada con fruición por Allan Dwan y el estupendo fotógrafo Arthur Edeson. Además, resulta ser una película muy entretenida, llena de acrobacias, magia y vitalidad, que recaudará más de 5 millones de dólares de su época. Si bien para muchos la versión de Errol Flynn tenía la ventaja del technicolor, esta versión silente sigue siendo una joya en su estilo y género. 


"El jorobado de Notre Dame"("The hunchback of Notre Dame", 1923 ) de Wallace Worsley. El "hombre de las mil caras" como se le conocía al actor Lon Chaney, efectúa su papel más significativo como el jorobado Quasimodo, base para el filme del sonoro y de la versión Disney en color. Basada en la novela homónima de Víctor Hugo, será el último proyecto del productor Irving Thalberg para la Universal antes de cambiarse a la MGM. Pese a la irregular dirección, todavía sobresale por el espléndido decorado que recrea a Paris y la Catedral de Notre Dame en el siglo XV y su desgarradora autenticidad, lo que eleva el espectáculo visual y lo matiza con la inolvidable actuación de Chaney, que se transforma a partir de aquí en un nuevo referente de la interpretación cinematográfica mundial. 


"Las tres edades" ( "The three ages", 1923) de Buster Keaton y Eddie F. Cline. En un claro homenaje a "Intolerancia" de Griffith, y marcando una ironía crítica y reflexiva sobre las invariaciones del amor en distintas épocas, Keaton efectúa su primera película, a medias con un equipo de gagmens que sobresale por la genialidad con que resuelve cada viñeta, replicando sus soluciones en distintas épocas y con un conocimiento del ritmo y del timing adecuados que realmente asombra y sobrecoge. Es la primera muestra concreta que lo convertiría en uno de los iconos del humor ligero en el período silente. Además, hay gratas intervenciones de Oliver Hardy y Wallace Beery que le suman atractivo a sus meritorios resultados.   


"Los diez mandamientos" ( "The ten commandmens",1923 ) de Cecil B.De Mille. Superproducción épica y religiosa que demuestra la extraordinaria capacidad de De Mille para mover a las masas y su inagotable talento para recrear hechos históricos donde vierte consejos morales sobre los excesos de la América de la posguerra. Comienza planificando su película como una historia transcurrida en varias épocas al estilo Griffith, pero termina reflexionando de forma maniquea donde hay espacio para el drama de una pareja de enamorados de escasos recursos. Lo más inolvidable es la recreación del pueblo judío y la persecución de las tropas del Faraón, así como los efectos para mostrar a Moisés y el Mar Rojo que se abre a sus pies. El detallismo de De Mille en las pequeñas cosas, gestos y situaciones, su atenta mirada para esos exiliados que buscan escapar de una muerte segura, alcanza el cenit de la inspiración en esta colosal película, que serviría de base para la versión hablada que haría el mismo director en 1956 para despedirse del cine.           


Charles De Rochefort como Ramsés y el pequeño actor Pat Moore como el hijo de faraón, conversan durante el rodaje de la película con el mismísimo Cecil B.De Mille.


"Aelita" ( 1924 ) de Yakob Protazanov. El viaje de un ingeniero terrícola a Marte acompañado de un soldado de la armada roja y de un detective que investiga la muerte de una muchacha, culminará en el planeta gobernado por Aelita, soberana mal orientada por un perverso ministro. Este último ha convertido la administración en una dictadura donde sus habitantes son tratados como esclavos. Hecho que originara un acto de rebeldía a propósito del enamoramiento del ingeniero por la soberana. Está basada en una novela de Alexei Tolstoi. El director  Protazanov regreso de Paris influenciado con el arte vanguardista, lo que inspiraría a efectuar un filme con fuerte raigambre futurista, aunque se ve mitigado por el constructivismo fílmico en decorados, vestuario y maquillaje. Sin embargo, sus resultados en taquilla no se hacen esperar, también debido a una fuerte campaña promocional, que la convierten en la película más aplaudida de su tiempo. Esta fama cruzará rápidamente hacia Occidente, donde será admirada como pilar fundamental del nuevo cine soviético prerrevolucionario.   


En la concepción de un planeta marte poblado de personajes singulares, estriba la notable originalidad de esta película. Reactualizada en sus valores artísticos por las nuevas generaciones de espectadores que ven un pariente lejano de "Star Wars" y sus secuelas, "Aelita" resulta un título imprescindible para entender el desarrollo del cine de fantasía en el siglo XX.



"Los Nibelungos" /"Die Nibelungen", 1924) de Fritz Lang. Dividida en dos partes de 135 y 150 minutos, "La muerte de Sigfrido" y "La venganza de Crimilda", es la superproducción más ambiciosa hasta ese momento de los estudios alemanes UFA y de su realizador, y una reconstrucción que está basada en leyendas germanas y escandinavas y en la obra de Wagner, escrita por Thea von Harbou. Se trata, por cierto, de un relato medieval colosalista, de amores y venganzas, poblado de enanos tras un tesoro, un dragón que se enfrenta a la espada de Sigfrido que después se baña en su sangre para convertirse en un ser imbatible, castillos acoplados a sinuosas montañas y una trágica heroína que junto a barbaros salvajes eliminarán del trono a familiares ambiciosos y ególatras. Una película colosalista con esplendidos escenarios diseñados por Otto Hunte y que trasciende a la propia historia por el delirio estético de Lang, y que bate todos los récords de taquilla en Alemania. Fue el filme favorito de Hitler y la consolidación del cine germano silente.   


En los estudios UFA se levantó el frondoso bosque milenario, así como también la fortaleza de Atila y la reproducción de la ciudad de Warms. El desbordante esteticismo de Lang eleva los resultados finales de esta obra maestra del cine mudo. 


"La caravana de Oregón" ( "The covered wagon", 1924 ) de James Cruze. Filmada en escenarios naturales de Utah y Nevada con más de quinientas carretas, es una épica colosalista rodada con toda la pompa de una gran película western, que glorifica a los colonizadores y supone la participación de 750 indígenas y escenas de acción muy logradas. Pese a la irregularidad con que Cruze maneja las situaciones dramáticas demasiadas endebles y superficiales, el filme logra transmitir todo el sacrificio de hombres, mujeres, niños y animales, que fueron parte de la Conquista del Oeste americano. El filme estrenado en el Criterion de Nueva York obtiene un éxito sin precedentes llegando a recaudar más de tres millones de la época y convirtiendo al western en un género popularmente vitalista y atractivo para las masas. 


"El gran Brummel"/"Beau Brummel" ( 1924 ) de Harry Beaumont. La pareja protagónica integrada por John Barrymore y Mary Astor recrean esta adaptación a las desventuras del dandy, Beau Brummell un hombre de confianza del Príncipe de Gales, que se transformara por obra de la historia en el adalid de las injusticias y trampas cuando descubra una seria conspiración contra el Rey George II. Con toda la sutileza de un drama romántico e histórico, el director Harry Beaumont ejecuta una película interesante y divertida, que conocería un remake sonoro en 1954 con Stewart Granger. Sirvió de alguna manera para afianzar la carrera de galán de galanes que era John Barrymore, cuya voz algo chillona no funcionó bien con el advenimiento del sonido y su carrera se vino abajo. Cosas del destino de los actores del cine pasado.    


"El mundo perdido" ("The lost world", 1925) de Harry O. Hoyst. La primera gran aventura de dinosaurios gracias a los efectos visuales del padre del stop motion Willis O "Brien. Está basado en un relato de Arthur Conan Doyle, el padre de Sherlock Holmes y cuenta la historia de un grupo de expedicionarios que viajan a corroborar la existencia de unos dinosaurios al interior del Amazonas. La productora First National no escatima en gastos y le da un carácter de superproducción a todo el proyecto que, a vista de ojos contemporáneos, mantiene su esplendoroso sentido del espectáculo, y anuncia lo que sería la irrupción en los inicios del sonoro del fenómeno de "King Kong". Amena película de aventuras que disfrutaran especialmente los seguidores de "Jurassic Park" porque es el primer largometraje de dinosaurios, realmente encantador y ameno de la historia del cine.    


"La Huelga" ("Statchka", 1925 ) de Sergei M.Eisenstein. Totalmente decepcionado de los resultados de su montaje teatral, Eisenstein se pasa al cine con este homenaje a la clase obrera en su lucha contra el capitalismo durante los años de la Rusia zarista. Elimina toda individualidad y transforma a la masa en protagonista. Además, desarrolla sus teorías del montaje de atracciones con simbólicas metáforas, planos alegóricos y paralelismos singulares armando una sinfonía que nunca para y corre hacia adelante con la prisa de una ola. Yuxtapone la masacre en el barrio obrero con la imagen de la matanza de un toro, creando una metáfora radical que difumina a todos los lados y mostrando una nueva manera de hacer cine. Es una película ideal para mostrar donde está el valor del montaje.  


"La Quimera del Oro" ("The gold rush", 1925) de Charles Chaplin. La recordada crítica de cine chilena María Romero, la calificaba como la mejor película de la historia del cine, porque tenía de todo, drama, comedia, suspenso y comicidad. Sin duda, es una película notable que Chaplin saco de la macabra historia de la fiebre del oro del famoso grupo de Donner, que al quedarse aislado en las Rocosas se vio obligado a comerse los cordones de los zapatos, y finalmente, unos a otros. Después de un rodaje de más de un año y un montaje de nueve semanas, Chaplin la concluyó en mayo de 1925. La famosa escena donde engulle sus zapatos junto a Mack Swain, eran zapatos hechos de regaliz, y la tuvieron que repetir varias veces, para martirio de los actores que se enfermaron del estómago. Es para la historia del cine, una gran obra maestra y la película por la que Chaplin quería ser recordado. 


"La viuda alegre" ("The Merry Widow", 1925) de Erich von Stroheim. Película por encargo basada en la artificiosa opereta de Victor Leon y Leon Stein. Sally O"Hara ( Mae Murray ) despierta el deseo en un príncipe y su primo, lo que vendrá a desencadenar una serie de interrelaciones desarrolladas con ironía, donde priman el sexo y el dinero y los escarceos amorosos son sustituidos por Stroheim por escenas orgiásticas, donde la depravación y los malos actos tiñen de oscuras sombras las atmosferas del poder y de la corona. Sin duda, una abierta y singular experiencia, que obtiene un gran éxito en las boleterías y que eleva a Stroheim como director consumado. Atrevida y salerosa, considera una visión encrespada de la alta burguesía, donde el realizador convierte a su protagonista en una prostituta dispuesta a todo con aventajar su posición social en el marasmo de situaciones cortesanas.   


"El trío fantástico" ("Unholy Three", 1925 ) de Tod Browning. Es un  agudo retrato de los bajos fondos, logrado desde la experiencia de un trío de feriantes, que integran el ventrílocuo Echo ( Lon Chaney), el forzudo Hercules ( Victor McLaglen) y el enano Tweedledee( Harry Earles), que utilizan un negocio como pantalla de sus fechorías y ladronismos. El universo macabro y extravagante de Browning alcanza el cenit con esta historia desarrollada con ciertos toques dramáticos, éticos y cómicos, lo que le da un equilibrio perfecto. En 1930 Chaney repetirá el personaje de esta película en un remake dirigido por Jack Conway, que será el título de su despedida antes de morir de cáncer a la garganta. Sin duda el "hombre de las mil caras" está en todo su apogeo.  


"El maquinista de la General"/"The General" ( 1926 ) de Buster Keaton. Basado en un incidente real, rememorado por William Pittinger en su relato sobre la Guerra Civil, "The Great Locomotive Chase", Keaton efectúa su obra maestra rodada íntegramente en Oregón. Se compraron dos locomotoras de tamaño real y una de ellas, se sacrificó en la escena culmine atravesando un puente. Contiene menos de 50 intertítulos, y logra cohesión, una maravillosa sincronía entre los tiempos narrativos y los extensos travellings, y se resuelve con un final feliz, muy distinto a la realidad donde los ladrones se quedaron a 50 kilómetros de su escondite. Keaton es el maestro de la acción física y aquí lo demuestra varias veces, incluso intentando frenar la locomotora con su propio cuerpo y pies.  

 

"Gorriones"/"Sparrows" ( 1926) de William Beaudine. Si existe una película de niños para atesorar es esta pequeña obra muda, moldeada para mayor gloria de la "Novia de América" Mary Pickford. Aquí encarna a Molly, la mayor de un grupo de niños abandonados en una granja del profundo Sur, donde son tratados como esclavos, Debido al rapto de una niña pequeña que va a parar a las tierras de la granja, Molly decide tomar a los niños y huir por el pantano plagado de cocodrilos. Pieza culta- cultísima que entremezcla las características del cuento victoriano con los relatos de terror, y logra unas atmosferas impagables, con un grupo de prodigios de su tiempo, entre los cuales figuran:  Billy Butts, Billy "Red" Jones, Monty O"Grady, Muriel McCormac, Florencia Rogan, Sylvia Bernard, Cammilla Johnson y Jackie Levine. Muy entretenida, contiene un relato lleno de sorpresas.


"El demonio y la carne" ("Flesh and the devil", 1926) de Clarence Brown. Una de las grandes películas de la mítica Greta Garbo. Fue su carta de presentación en Hollywood y un magnífico drama de ambiente militar. Es la historia de amistad de dos oficiales austriacos y entrañables amigos ( John Gilbert y Lars Hanson) que comparten las vicisitudes de su regimiento, y donde se matizan algunos sesgos de cierta ambigüedad. Ellos atesoran junto a una amiga (Barbara Kent), el pacto que efectuaron cuando niños y que los convierte en hermanos de sangre, hasta la llegada de una seductora mujer que dividirá sus sentimientos y afectaciones. Clarence Brown era un excelente narrador y aquí lo demuestra con creces, pues incluye en su percepción, símbolos metafóricos atribuibles a los estados anímicos y emocionales. Se trata, por cierto, de una excelente película para redescubrir, ya que, además, utiliza con talento los exteriores y los parajes naturales para recrear los orígenes y consecuencias del conflicto central gracias al magnifico fotógrafo William H. Daniels. Atractiva trama con grandes actores de su tiempo, y resultados muy considerables.        


"Napoléon" ( 1927) de Abel Gance. Una superproducción francesa modélica, llena de adelantos e innovaciones técnicas y narrativas, que supuso un redescubrimiento de la obra de Gance, gracias a la labor de restauración de Kevin Brownlow y del productor Francis Ford Coppola. Reestrenada en 1979 en Cannes, musicalizada por Carmine Coppola, el padre de Francis, es una experiencia única, original, distinta, atractiva, envolvente, llevada a la pantalla con toda la pasión desbordante por el arte cinemático. Se utilizó Polyvisión y la proyección en tríptico con los tintes originales de la obra, que consideran los tres colores de la bandera francesa. Es una titánica incursión por todos los elementos técnico y narrativos que tiene el cine, así como una épica con la figura y la historia de Napoleón y la Revolución, que ha trascendido a su propio tiempo.  


La pantalla de cine dividida en tres, explicada por su propio realizador Abel Gance : "El tema, la historia que se está contando está en la pantalla central. La historia en prosa y las hojas, en las pantallas laterales, son poesía".


"El hombre que ríe"/ "The man who laughts" ( 1928) de Paul Leni. Los estudios Universal intentado repetir el éxito de "El jorobado de Notre Dame", decide adaptar otro relato de Víctor Hugo asegurando la constancia en el interés de los espectadores por el terror. Encargan la dirección al alemán Paul Leni, que en su breve estancia en Hollywood ha demostrado su real talento como narrador con "El legado tenebroso"/"The Cat and the canary" y "El loro chino"/"The Chinese Parrot". Desde un principio se pensó en Lon Chaney para el papel del clown de espantosa mueca desfigurado cuando era un niño, pero al final se decidió por Conrad Veidt que ya había sido dirigido en Alemania por Leni, y que compone esta vez, un rol de gran patetismo y dramatismo. Sin duda el puntal más fuerte para el éxito que tuvo la película con rasgos marcadamente expresionistas, gracias al talentoso fotógrafo Charles D. Hall. Leni alcanzaría a rodar una sola película más, "El teatro siniestro"/"The last warning", 1929, para morir de cáncer el 2 de septiembre de ese mismo año, y sin alcanzar la glorificación merecida en el período sonoro, cuando la Universal ingresó de lleno a intensificar su producción gótica de monstruos, seres deformes y vampiros.   


La impresionante caracterización de Conrad Veidt que intuye la espiritualidad de un personaje repulsivo como solo el cine de terror podría crear para dicha de la fanaticada.   


"El hombre de la cámara" ( 1929) de Dziga Vertov. La vida en una gran ciudad soviética reflejada desde el amanecer hasta cuando se encienden las luces, en un intenso panegírico, que pasa revista al proceso de filmar desde el cameraman hasta la sala de montaje. Pese a aparecer uno de los tantos documentales urbanos surgidos a raíz del éxito de "Berlín, sinfonía de una gran ciudad" de Walther Ruttmann, su contenido es mucho más complejo, porque exime toda manipulación para dar al ojo de la cámara el valor mayor de objetivizar el realismo que lo circunda. Es una estupenda película que retrata de la vida en una gran ciudad sin retoques y con sofisticados efectos de montaje, sobreimpresiones, cámara rápida y movimientos invertidos. Una auténtica delicia que nos recrea la vida de una época pasada con absoluta precisión narrativa desde el cual parece aflorar un abigarrado lirismo naturalista.      


"Luces de la ciudad"/"City Lights" ( 1931) de Charles Chaplin. Aun renegando de efectuar un filme sonoro, Chaplin defiende a ultranza al personaje Charlot en la pantomima y decide rodar un relato mudo, con efectos de sonido y música. Si bien la historia se mueve en dos frentes bien específicos: la amistad con un alcohólico millonario bueno para las fiestas y las salidas nocturnas y el enamoramiento de una joven violetera ciega a la que tratara de ayudar para financiarle una cirugía con la cual podría recuperar su visión, es para Chaplin motivo de honda obsesión de dos años de producción, que le repercutirá en los detalles minuciosos y en la serie de reiteradas filmaciones que tendrá con Virginia Cherrill. De hecho, la toma de la escena final, Chaplin le hizo repetir a la actriz toda la secuencia en numerosas ocasiones para lograr conmover a los espectadores. Pese al millón y medio de dólares que costó, el genial artista acudió con Eisenstein al estreno y tuvo una repercusión mundial que masificó el hecho de que se tratase de una película muda, rodada después de tres años del advenimiento del sonido.     

Fotos-Gentileza: Toronto Film Society- The Santa Bárbara Independent- Dr.Macro- The Epoch Times- Bridgeman Images- Decla UFA Film- Universal Pictures- Paramount Pictures- Archivo.- 


Cartel publicitario de "Aelita".


Lobby-card original de "Luces de la ciudad".



De la valiosa "The Criterion Collection", "Nanook , el esquimal".