Quien ama la vida, ama el Cine.

Quien ama la vida, ama el Cine.
El cine es como la vida,pero vista a traves de la subjetividad de un lente.

martes, 17 de septiembre de 2024

ESPECIAL DE FIESTAS PATRIAS/ ENTREVISTAS A PEDRO SIENNA Y JORGE DELANO (COKE).

 Por la huella del cine chileno.

"El Húsar de la muerte" (1925) es el gran clásico mudo chileno que ha sobrevivido para la posteridad. Como una manera de homenajear el recuerdo de Pedro Sienna, director, actor, productor y otros oficios, hemos dedicado esta entrada a reproducir una de sus últimas entrevistas concedidas al periodista Osvaldo Muñoz Romero. Además, incluimos otra conversación con Jorge Delano( Coke), que bien nos matizan parte de lo que fue la historia del cine chileno. 


Pedro Sienna: 

Memorias de un hombre cultísimo. 


En la película silente "Los payasos se van" (1921).

Originalmente esta entrevista fue publicada para la Revista ECRAN numero1.788, aparecida el martes 4 de mayo de 1965 y realizada por el periodista Osvaldo Muñoz Romero, que visito el hogar del erudito Pedro Sienna. 

En aquella época el hombre de teatro, cine y ex galán de moda de la década de los años veinte, que hizo "Los payasos se van", "Un grito en el mar", "El Húsar de la muerte", y "La última trasnochada", estaba retirado y vivía entregado a la redacción de sus memorias y a dar conferencias sobre teatro, literatura, poesía y pintura chilena, todos temas que dominaba a la perfección. 

¿Cuáles fueron las primeras películas que viste en tu vida y cuales fueron tus reacciones, acaso las recuerdas?

"¡Vaya, lo recuerdo como si fuera ayer! Aunque, la verdad, en forma un tanto borrosa fuera de foco, para emplear un término del oficio. Las primeras exhibiciones de cine (o de biógrafo, como antes se decía), se efectuaron en la terraza del Cerro Santa Lucia. Al aire libre, lógicamente. Yo era muy niño, cuando mis padres me llevaron a ver ese espectáculo recién llegado a la capital. Me acuerdo de que era una tibia noche de verano, y que nos sentamos en unas sillas plegables, frente a una enorme sabana. Primero pasaron unas vistas de ciudades francesas. Escenas urbanas sin ninguna relación entre sí. Aparecían coches y victorias tirados por caballos al trote, que cruzaban plazas y bulevares. Se veían también numerosos transeúntes muy apresurados, que a veces saludaban al espectador, sacándose el sombrero y sonriendo mucho. Estatuas, monumentos, fuentes que vertían altos chorros de agua, y otras cosas por el estilo. A un lado de la sabana subido en una tarima, un caballero muy elegante con flor en el ojal, y poseedor de una potente voz explicaba cada panorama, con acento extranjero, por medio de una gran corneta, pintada de blanco que supongo seria de cartón. ¡Paris! ¡El bosque de Bolonia! gritaba, por ejemplo. Luego siguió una serie de paisajes marinos: Playas desiertas con roqueríos azotados por las olas que iban y venían levantando montañas de espuma. Mas playas...más olas...más espuma. Puertos con barcos que atracaban al muelle o que partían. Mucha gente que agitaba, manos y pañuelos... Y el caballero gritaba ¡El puerto de Marsella! 


En "La última trasnochada" (1926) con Dolores Anziani.


Pero ¿No daban películas de argumento?

Espérate pues hombre, que ahora vienen. Después de un entreacto, dieron dos o tres cintas cortas de argumento. La que me produjo más impresión fue una que se llamaba "Guillermo Tell", especialmente en ese instante en que al chico- que era más o menos de mi porte-, le dispararon la flecha que atravesaba la manzana puesta sobre su cabeza. De las otras cintas, no me acuerdo casi nada. Y eso es todo.

¿Cuáles fueron tus reacciones artísticas?

"Mis reacciones no creo que fueran de tipo artístico. Por lo que te digo, más bien fueron nerviosas. Tampoco me sentí muy maravillado del espectáculo. La función me entretuvo indudablemente, pero para mí, y seguramente para todo el sector de espectadores infantiles, es decir para los que estábamos en una feliz edad en que el "como" y el "porque "de los inventos no causan inquietudes de ninguna especie, porque son "cuestiones de los grandes", eso que veíamos ahí no era otra cosa que fotografía en movimiento con lo cual todo quedaba explicado. Y luego no me parecía verosímil que yo cambiara por ese aparato, mi linterna mágica, que tenía vistas en colores. Total, que no me desilusione del todo, pero mi entusiasmo de ningún modo fue excesivo".


En "El Húsar de la muerte"(1925) con María de Hanning.


¿Cuál entonces fue el motivo que te indujo a ser actor y director de cine?

"Mira, si he de decirte la verdad, la idea no nació precisamente en mí. La culpa fue de Carlos Cariola y Rafael Frontaura. 

¿Qué curioso! ¿A ver cómo fue eso?

"Para que lo comprendas, tengo que darte algunos antecedentes en cuatro palabras. Cuando muchacho, como tú sabes, entre otras cosas me intereso el teatro. Como en ese tiempo no había ninguna escuela de arte escénico, no había nada que se le pareciera, salí del país enrolado en la compañía dramática española que dirigía el gran actor Bernardo Jambrina. Ahí me forme. Regresamos a Chile al cabo de dos años. Después de trabajar en Santiago, debíamos hacer Valparaíso y luego seguir la gira hasta llegar a España, si Dios quería. Ahora bien, antes de que partiera de la capital, Cariola y Frontaura, que entonces escribían comedias en colaboración, fueron a verme al camarín y me encandilaron los ojos con un proyecto estupendo. Habían escrito un argumento de película. Se llamaría "El hombre de acero". La filmación duraría un mes a lo sumo. Me ofrecían el papel protagónico. ¿Qué iba a hacer? No lo pensé ni un segundo. Acepte. Cumplí la temporada en Valparaíso y me despedí de Jambrina con la promesa de reintegrarme a la compañía en Lima en cuanto finalizara mi trabajo cinematográfico.  


En "Un grito en el mar" junto a Enrique "Chilote" Campos que termino en México.


El destino cambio su rumbo.

"Pero el destino había dispuesto otra cosa. La filmación se prolongó más de lo que se pensaba. Y una vez terminada la película, ocurrió algo definitivo para mí. Por ese tiempo, los recordados artistas nacionales Arturo Bührie y Enrique Báguena organizaban la primera compañía de teatro chileno y me ofrecieron el puesto de galán. La tentación era demasiado fuerte. Hasta esa fecha yo solo había hecho genero español, y estaba ansioso, como es natural, de interpretar papeles en que pudiera encarnar tipos de mi tierra. Por último, el cable trajo la fatal noticia: Jambrina, mi bondadoso maestro a quien yo quería entrañablemente, a poco de llegar a España había muerto trágicamente en un accidente automovilístico... Volviendo ahora a tu pregunta, te diré que en vista de la buena acogida que tuvo "El hombre de acero" nos quedó el gusto en la boca, y lo que hice fue alternar ambas actividades. Dejaba temporalmente la escena para trabajar en películas. Y hasta hubo un caso en que, para no perder una buena oportunidad en Valparaíso, hice teatro y cine simultáneamente. 

¿Fue un trabajo abrumador supongo? 

En realidad, la tarea resultaba dura y pesada. Pero no me compadezcas. En la juventud cuando hay entusiasmo por estas cosas, todo se hace con alegría, y hasta el mismo cansancio parece un don del cielo.  ¡Benditos tiempos! Lo triste para mi hubiera sido no ser capaz de hacerlo... concluyó. 


Un estudio de cine mudo en los veinte. Este pertenecía a Esteban Artuffo.


Jorge Délano (Coke):

Fue pianista en la época de las películas mudas.

Jorge Delano (derecha) y Guillermo Yanquez (izquierda) entrevistando y dibujando a Laurel & Hardy en Hollywood. 


El periodista Osvaldo Muñoz Romero también entrevistó a Jorge Delano ( Coke) en un momento determinante, cuando era considerado uno de los grandes iconos del cine chileno. Aquí reprodujimos su conversación también efectuada para la revista ECRAN. Apunta Romero: "Pocos hombres hay como Jorge Delano ( Coke) más ligados a la historia del cine chileno. El hizo y ha visto mucho cine. Estuvo en Hollywood en los tiempos de su época de oro. Periodista, caricaturista, pintor, escritor y.…espiritista, va al cine de este mundo y también del otro. Está un poco resfriado. Así lo encontramos en su casa. Guarda cama y a su alrededor se acumulan lápices, tinta china, cartones y apuntes diversos. El hombre no descansa. Además, tiene una memoria prodigiosa. 

La primera vez que vi una película en mi vida, recuerda, fue allá por el año 1905. En la Confitería Suiza en la Plaza Brasil, daban "Un viaje a la luna", el filme de Méliès que duraba unos pocos minutos. Después pasaban otra película que se llamaba "La manía del emboque", una cinta cómica que vi como cien veces. Años más tarde, las películas se pasaban, no en confiterías, sino en salas construidas especialmente para su proyección. Una de las salas más populares de esos viejos años de la primera década del siglo, fue el teatro "Royal" que más tarde se transformó en el "Splendid", y posteriormente en el "Miami".


Una foto de Coke, ya en su madurez.


Hacer la de Sánchez.

"Entre los cómicos de la pantalla de esos primeros años del cine, el más popular era el inglés André Breet, a quien en estos países de Sudamérica - no sé porque- se le llamaba Sánchez. Como este en sus películas, siempre estaba haciendo barrabasadas, nació de allí el dicho: ¡Ya hizo la de Sánchez! cuando alguien cometía una trastada.

"Todas mis películas mudas ("Juro no volver a amar", entre ellas), se estrenaron en los teatros del circuito de Valenzuela Basterrica, quien cedía su teatro Septiembre (Alameda esquina de Lira, en Santiago).

"Cuando llego el cine sonoro, las películas chilenas empezaron a estrenarse en el Cine Central gracias a la gentileza del gerente Manuel Troni. Allí se estrenó, por ejemplo, mi película "Norte y Sur".

"El administrador más popular de los años del mudo, fue Pancho Sanfuentes Smith, quien tuvo a su cargo la administración del Cine Unión Central, el cual en los primeros tiempos fue salón de actos de la Universidad Católica".  


Francesca Bertini una de las primeras divas de la historia del cine.


Fui pianista de cine mudo.

"También tengo una anécdota muy simpática de aquellos primeros y ya lejanos años - continúa contándonos el autor de "Botica de Turno". Ustedes saben que todas las películas mudas se pasaban en la pantalla, mientras un musico ejecutaba al piano, diversas melodías según fuese la acción del film. "Yo también toque muchas veces en diversos teatros (en el "Brasil", en el "Electra", en el "Splendid", etc.), como improvisado pianista. Los empresarios de las salas me iban a buscar a mi casa en coche, cada vez que le faltaba uno de sus pianistas titulares. Entonces yo cedía e iba a tocar ante el escándalo y el enojo de mi familia...No entendían que hiciese tal cosa, en circunstancias que, todas mis hermanas eran concertistas... Improvisaba en el piano e iba componiendo diversas melodías, según la trama e intención de la película. Tocaba de oído, por ejemplo, una marcha cuando en los noticiarios aparecía el kaiser... o ejecutaba una música más o menos dramática, cuando actuaba Francesca Bertini, que era la vampiresa del cine mudo de aquellos años". 


Coke haciéndole un retrato al carbón a Tito Davidson cuando actuaba en "Cheri-Bibi" en MGM en California en 1931.


Una anécdota.

"Siempre he pensado- recuerda Coke- que los aspectos más interesantes de mis películas fueron los hechos ocurridos detrás de las cámaras, o sea, las que el público nunca vio. En otras ocasiones, conté como un elefante me comió el guion de mi película "La calle del ensueño" y como un chimpancé fugado de un circo vecino al estudio, destruyo las escenas más importantes de esta película, que el año 1929 obtuvo el Gran Premio de la Exposición Internacional de Sevilla. (En esa oportunidad por primera vez, se combinaron los actores con dibujos animados). 


Douglas Fairbanks como "Robin Hood" en la versión de 1922.


Extraña coincidencia.

Durante el rodaje de dicha producción ocurrió también una extraña coincidencia. En el argumento de "La calle del ensueño" actuaba una pandilla de chiquillos, que jugaban a filmar películas. Seleccione niños y niñas muy parecidos a los artistas famosos de esa época. Mi sobrino, Alfredo Delano Concha, personificaba al ágil Douglas Fairbanks Jr., en su papel de "Robin Hood" escalando murallas y saltando tapias. Su actuación terminaba cuando moría al caer de la cúpula del Templo de los Sacramentinos.  Para filmar la escena del entierro del pequeño Fairbanks, contrate en una empresa de funerales, una carroza blanca que debía llegar a las cuatro de la tarde, a la calle Huérfanos esquina de Brasil en Santiago.

Allí la esperábamos los técnicos y la pandilla de niños, que simularía el cortejo. A las cuatro en punto, vimos aparecer la carroza. La detuve y le dije al cochero ¡Aquí vamos a filmar la escena! El cochero bastante perplejo, me contesto: ¿De qué escena me habla, iñor? Si yo vengo aquí a buscar a un angelito. No le entiendo ni jota de lo que me dice. Minutos después llegaba la otra carroza blanca, la que efectivamente yo había contratado. Ambas quedaron detenidas a pocos metros, una de otra. En la primera, colocaron un ataúd blanco con el cuerpo de un niño... En la otra, un ataúd también blanco, pero vacío. Estas misteriosas coincidencias pertenecen a esas que el psicólogo Jung el brillante discípulo de Freud, denomina "coincidencias significativas", concluyó el cineasta.


  La película más antigua de Chile.

Cueca en Valparaíso (1903), es el filme más antiguo que se conserva en Chile Fue encontrado en Francia y después de ser restaurada en el 2017, forma parte de la Cineteca Nacional. Fue rodada por el camarógrafo francés Maurice Massonier,  en Playa Ancha y muestra el baile más tradicional y característico de nuestro país.



Fotos-Gentileza: Revista ECRAN- Cine Chile- Cineteca Nacional- Memoria Chilena- Cine Gaceta- Revista Santiago- Diario Universidad de Chile- Pontificia Universidad Católica- La Semana Cinematográfica- Centro Cultural La Moneda- Mundo Películas- Ibermedia Digital- Chile Cinematográfico- Biblioteca Nacional- Cinema Chile- Historia del Cine Chileno de Carlos Ossa Coo- Cine Mudo Chileno de Eliana Jara Donoso- Películas Chilenas de Julio López Navarro- Archivo. - 


Gracias a los lectores y lectoras por entusiasmarse con estos temas del cine chileno. ¡Que tengan unas felices Fiestas Patrias en compañía de sus familiares y amistades! 


Y recuerden que el cine sigue siendo pasión de multitudes. ¡¡Grata semana!!



domingo, 15 de septiembre de 2024

( 1 ) LOS ESTUDIOS DE CINE EUROPEOS / U.F.A. :

Una larga tradición bávara de arte en celuloide y digital.

Actualmente, se les conoce como los Studios Babelsberg, en Berlín, aunque en realidad, son los antiguos estudios UFA de Alemania, donde se filmaron obras maestras absolutas como: "El ángel azul", "Los Nibelungos" y "Metrópolis".  Efectuamos un poco de historia en esta nueva entrada, con la que iniciamos un recorrido por los principales estudios de cine europeos.


Hace mucho tiempo en una lejana galaxia...

Vista aérea de los estudios germanos considerados los más antiguos de Europa.

 

____ Ninguna historia de cine puede renegar del enorme impacto que causó en sus años de gloria el cine mudo alemán. Particularmente, el que está producido desde los estudios de Babelsberg, ubicado en Posdam, en las afueras de Berlín. Su larga tradición se remonta mucho más allá de su propia creación en 1896, cuando el técnico Oskar Messter efectúo sus propios aparatos, para efectuar cortometrajes y fundó la primera sociedad de producción la Messter Gessellschafft, a cuyo lado se pueden colocar, la Decla- Bioskop y la Biograph. 

En 1909, Guido Seeber efectúo los primeros diseños arquitectónicos de los que serían conocidos como la sede de los estudios cinematográficos UFA / Universum Film Aktien Gesellschaft. Hacia 1911 con la dirección de Seeber se inician los trabajos de construcción, y un año más tarde, se inauguran los estudios con la película "La danza de la muerte" / "Der Totentanz", a la que proseguiría "El estudiante de Praga" en 1913, siempre bajo la producción de Bioscop.


Una escena de "Dr. Mabuse" dirigida por Fritz Lang.


En 1917, se crea la UFA por una idea del general Ludendorff, que pensaba que las películas alemanas no eran del todo satisfactorias para los fines de una política eficaz, y era el momento de reorientar hacia una meta más concreta y valedera. El financiamiento corrió por cuenta del Estado, pero también de las empresas germanas más fuertes como: la Deustche Bank, A.E.G., Aceros Krupp, entre otras.  

El mayor objetivo era aumentar la calidad artística de las obras generadas y la inmediata expansión geográfica abriendo nuevas salas de cine, en Berlín y otros lugares, y hacia los años 1921 y 1923, la UFA absorbió a la única sociedad que se negaba a la nueva unión empresarial, nos referimos a la Bioscop de Erich Pommer. De esta forma, la UFA se impuso como el mayor estudio de cine de Europa de aquellos años, que se destacó por su extraordinaria calidad artística y por originar una tremenda influencia gracias al expresionismo alemán, claramente atribuible a películas como: "Dr. Mabuse", El último hombre", "Los Nibelungos", "Metrópolis", "Fausto", "Varieté" o "La mujer en la luna".  

Tuvo una nueva etapa después que el Estado le suprimió la ayuda financiera, y debió hacer acuerdos especiales de exhibición con la Paramount de Estados Unidos. En 1929, inauguró nuevos estudios con la última tecnología en sonido, que sobresalió, por ejemplo, en producciones clásicas como "El Angel Azul" con Marlene Dietrich. Poco a poco pasó a nuevas manos políticas, y en 1933, quedó bajo el control del Ministerio de Propaganda del III Reich, con Josef Goebbels a la cabeza, quien transformó el cine en un medio ideal para promocionar las ideas del nuevo régimen fascista. Numerosos artistas contrarios al nazismo - como Marlene Dietrich, Fritz Lang, Josef Von Sternberg- abandonan el país para proseguir sus carreras en Hollywood. 

Después de la derrota del fascismo, UFA quedó incautadas por los aliados, y no volvió a resurgir hasta 1955, para terminar, cediendo a la televisión en 1962. 

En la actualidad, este estudio efectúa producciones para la pantalla chica, pero también cede su tecnología y espacios urbanísticos, a las grandes producciones de cine, bajo el nombre de Studio Babelsberg GmBH, donde han filmado Roman Polanski para el drama bélico "El Pianista" o Tom Tykwer con la novedosa comedia policial "Corre Lola, corre".   


Con una tradición audiovisual de más de 100 años, se alza imponente el logotipo de la clásica productora alemana.


Las avenidas que simulan una calle antigua de los años cuarenta del siglo XX, y al fondo, pantalla verde para agregar efectos visuales de última generación por ordenador. 


Observen la gran dimensión que tiene uno de los estudios de los legendarios estudios UFA, donde se filmaron las escenas masivas de "Metrópolis". 



Los clásicos de la U.F.A.

"Madame Dubarry" (1919) de Ernst Lubistch. Si películas como "Nosferatu", "Berlín, sinfonía de una gran ciudad" o "La caja de pandora" no aparecen en esta lista, es porque fueron producidas por otras compañías, y en su efecto, claro está, aparecen grandes películas que marcaron a la UFA durante este periodo. Esta obra muda maestra ejemplar, está rodada con todas las características de una superproducción y con toda la libertad del mundo. Lubistch logro así una extraordinaria película histórica donde pudo experimentar con los decorados, el vestuario y la interpretación. "El realizador presenta una Revolución Francesa motivada por los excesos de la favorita del rey y desarrolla su clásica ironía al exhibirnos toda la grandeza de la nobleza francesa". Su estreno permitió inaugurar el UFA- Palace am Zoo de Berlín, el teatro más sofisticado del país. Una joya que se exhibió en un ciclo de cine alemán efectuado en el Museo O"Higginiano de Talca, donde tuve la suerte de organizar con la UCM y la Revista Universitaria de la UC de Santiago.       


"El gabinete del doctor Caligari" (1920) de Robert Wiene. Obra capital de esta etapa pionera muy influenciada por las corrientes expresionistas berlinesas, que ajusta su enorme impacto en una historia, que entremezcla los recuerdos de un insólito asesinato y un antipático psiquiatra militar. Estuvo encomendada por el productor Eric Pohmmer al realizador Fritz Lang, pero este último abandono el proyecto, al volcarse a efectuar una continuación de su gran éxito "Las arañas", y fue reemplazado por Wiene, un hombre proveniente del teatro, que potencio el contenido con unos escenarios fabricados de telas pintadas, perspectivas deformadas y predominancia de líneas oblicuas, como figuras emocionales fruto de la proyección de los atormentados sentimientos internos de los personajes. Innovadora recreación de la mente.  


"Doctor Mabuse" (1922) de Fritz Lang. La crítica especializada cita esta película entre las obras mayores de su realizador. Adaptación efectuada por el director y su esposa Thea von Harbou, sobre un serial de Nolbert Jacques publicado en un periódico por entregas, le sirve a Lang para exhibir en la pantalla un apasionante relato de intriga y aventuras, en cuyo trasfondo puede adivinarse una visión realista de la corrupción de la sociedad alemana de la posguerra. En ella, Lang da vida a uno de los villanos más carismáticos de la historia del cine, y de paso, combina adecuadamente el expresionismo alemán con algunas formas futuristas.     


"La última carcajada"/"El último" (1924) de Friedrich W. Murnau. Inolvidable clásico de clásicos donde se practica lo que se denominó "la cámara desencadenada" que se independiza del operador y comienza a desplazarse libremente, obteniendo innovadores y sorprendentes efectos visuales. Los intertítulos son eliminados de la película y sustituidos por un lenguaje simbólico, imágenes con doble sentido y montaje de contrastes. Es la historia de la degradación de un portero de hotel, narrada con una fuerza emocional y visual de extraordinaria factura, donde la interpretación de Emil Jannings resulta verdaderamente inolvidable.      


"Los Nibelungos" (1924) de Fritz Lang. Basándose en leyendas germanas y escandinavas, así como en la obra de Wagner, Thea von Harbou escribe un guion que se divide en dos partes para esta grandiosa super producción: La muerte de Sigfrido y La venganza de Crimilda. Se trata de una obra capital, donde Lang supera sus propios éxitos anteriores, presentando un fresco medieval de resonancias míticas, acerca de un mundo poblado por enanos que ocultan un fabuloso tesoro y un dragón, cuya sangre confiere invulnerabilidad, en medio de castillos inexpugnables y barbaros hostiles y violentos. De una gran fuerza y belleza que viene de su exquisito sentido plástico y estético, es también un viaje apasionante que viene a marcar la inexorabilidad del destino. Obra capital del relato fantástico.   


"Varieté" (1925) de Ewald Andreas Dupont. De gran virtuosismo técnico y narrativo, este drama romántico acerca de un retirado trapecista que abandona a su mujer y su hijo pequeño, por una joven coqueta y sensual, con la que se va a Berlín a trabajar nuevamente de trapecista, es un magnífico estudio sobre los celos y sobre la segunda oportunidad. Novedoso filme que significo un gran adelanto por la serie de elementos con que trabajo Dupont: posiciones de cámara en lugares inusuales, elipsis e insinuaciones visuales, acentúan las expresiones subjetivas de la imagen y le da un plus a esta notable película.  


"Tartufo" (1925) de Friedrich W. Murnau. El célebre realizador deseaba primero rodar "Fausto" pero la UFA le impuso esta película cuyo problema es que el personaje estaba concebido originalmente para la comedie Françoise. Se hace notar que Emil Jannings sigue en demasía los parámetros de la recreación del Tartufo en los escenarios alemanes por Eugene Klöpfer en 1922. No es una película del todo lograda, porque Murnau se concentró exclusivamente en los decorados y en el suntuoso tratamiento fotográfico. El cameraman Karl Freud logra una atmosfera artificial que está muy bien apoyada por el condicionamiento plástico del decorador Robert Herlth. Es un filme de una hermosa belleza visual que, a los ojos de la actualidad, todavía impacta y revela la fina sensibilidad de Murnau.    


"Metrópolis" (1927) de Fritz Lang. ¿Cuántos estudios se han escrito sobre esta antológica producción de fantasía? Obra culmine del proceso de expansión de los estudios UFA, es también una película técnicamente sublime, hecha para competir a gran escala con las producciones emanadas de Hollywood. Se trata de un megaproyecto fílmico sin precedentes, que integra innovadores efectos especiales, sugerentes escenarios y un relato a todas luces brillante, donde la unidad y la razón, la fuerza del capital y del trabajo, vienen a subrayar un mensaje pacifista que no logra esconder del todo sus propósitos humanistas. Pese a la ambigüedad en su fundamento ideológico, donde la pugna de unos y otros la viene a subvertir un mediador, la respuesta en el momento de su estreno no es la esperada por Lang. La costosa suma de dinero invertida en esta magna producción, pone en jaque a la UFA que termina por desechar el talento de Lang y del productor Eric Pommer. Según pasan los años, la película será revalorada por la crítica internacional como una extraordinaria visión futurista, que habría de influir en todo el cine posterior.    


"La mujer en la luna" (1929) de Fritz Lang. Adaptación del guion de Thea von Harbou, que escudriña en los viejos sueños de George Méliès, y consigue darle una identidad realista. Tienen el asesoramiento de auténticos científicos como Willy Ley y Fermann Oberth y de los astrónomos Gustav Wolff, Josef Danoliwatz y Horst von Harbou, que integran sus conocimientos para subrayar la veracidad que se palpa en cada pasaje del fotograma. Por lo demás, se trata de un relato muy ameno, divertido y singular que apela al supuesto de lo que sería un viaje a la luna, como se reflexionaba en esos tiempos. Se destaca la interpretación de Gerda Maurus y Willy Fristch en los roles estelares.  


"El ángel azul" (1930) de Josef von Sternberg. Con esta emblemática película germana, iniciamos hace más de 38 años el ciclo de Cine Arte en el Museo O'higginiano. Se trata, por cierto, de una joya, que impuso en todo el mundo la sensualidad y belleza de la actriz Marlene Dietrich, que culminaría efectuando su carrera en el exilio hollywoodiense. Una original historia de subordinación sexual de Emanuel Rath (Emil Jannings), un severo profesor de un instituto masculino de una pequeña ciudad, que cae rendido en las redes de Lola Lola (Marlene Dietrich, por supuesto), la cantante de un concurrido cabaret donde van a parar algunos de sus alumnos. Obra maestra llena de matices, con un uso del lenguaje y del sonido innovador, que se transforma en un modelo a seguir en el cine en general.  


"M, el vampiro de Düsseldorft" (1931) de Fritz Lang. Clásico entre clásicos del thriller moderno, acerca de la ruta pendenciera de un pedófilo, que terminará expugnado por toda una comunidad, y que cuenta con la mejor actuación del gran actor de carácter Peter Lorre, que habría de exiliarse en Hollywood, escapando del nazismo. Controvertida y subliminal, muestra sin tapujos, la problemática surgida de los grandes procesos contra asesinos en serie como Haarmaan, Grobmann o Kürten. Como apunta la crítica especializada, en el vacío de los valores de la República de Weimar, sacudida por la crisis económica y los disturbios políticos, un brazo fuerte y una voz atronadora que prometen mano dura suponen una alternativa atractiva para la sociedad anónima de la gran ciudad, que precisamente encierra el peligro de que un asesino desequilibrado actúe al amparo de ese anonimato. En este sentido, M es asimismo un retrato de la situación alemana en vísperas de la toma del poder de los nacionalsocialistas. El final en el que unos policías llegan a tiempo a salvar al pedófilo del linchamiento, para que comparezca ante un tribunal civil, es prueba del voto de Lang por el orden constitucional.      


Un istmo infantil.


"Emilio y los detectives" (1931) de Gerhard Lamprecht. Justo antes de la irrupción del nazismo, apareció esta maravillosa película infantil, escrita por Erich Kastner y co-guionizada en su traspaso al cine junto a Billy Wilder. Es "un relato distinto, hipnótico y precursor de un nuevo lenguaje que trataba de igual a igual a la audiencia infantil y a la adulta. Mantiene su frescura y lozanía por el tratamiento que efectúa de las calles y avenidas del Berlín de principios de los años treinta, y por relatar con gran naturalidad las travesuras de Emilio y sus amigos, en su lucha por recuperar lo que al niño le ha robado un ladrón de refinada postura. 


La película todavía resulta una obra adelantada a su época. Toda la secuencia de la deformación de "la realidad provocada por una mente contaminada por las fantasiosas pesadillas que provocan las drogas" está resuelta con toques surrealistas, y más allá. de sus extraordinarios resultados como amena aventura para grandes y chicos, esta película logra transmitir el ambiente que ya se veía venir en esos años con la ascensión del nazismo. Gran película muy recomendable para ver en familia.     



Tres estrellas clásicas de la UFA.

Marlene Dietrich (1901-1992). Marlene venia de un Mirlo, un mirlo que canta y encanta. Como bien señalaba de ella, el escritor y cinéfilo Guillermo Cabrera Infante, "Hay tantos hoyos negros en la nébula de esta estrella fugitiva, aunque no fugaz, que nadie recuerda de que Marlene se llamó realmente María Magdalena von Losch, aunque su verdadero nombre es Dietrich". Mujer como pocas de pensamiento liberal e independiente, declarada bisexual, tuvo amantes hombres, pero casi siempre actores (Gary Cooper, el escritor Erich María Remarque que parecía actor y Jean Gabin), y mujeres casi siempre preciosas, que escudaban sus favoritismos en jornadas de trasnoche no siempre muy vistosas. Las malas y buenas lenguas atañen encuentros admirativos de la Dietrich con la Garbo, aunque el pensamiento llegue a instigar, porque ambas eran las reinas absolutas de un Feudo muy vigilado por las huestes del Código Hays. 


A nivel cinematográfico, la Dietrich fue descubierta para el papel de Lola Lola en "El Angel Azul" (ver), que trastorno hasta el mismísimo Hitler. De hecho, la Dietrich estaba observada por las filas del Tercer Reich para ser convertida figura emblemática de la causa nazista, que no alcanzo a dirimir, porque simplemente a Marlene no le gustaban los fascismos. Huyo de Berlín a Hollywood para transformarse en el icono imaginado del director Josef von Sternberg, que la llevó a la cúspide del cine, con un puñado de películas que estrujaron todas las posibilidades estético-dramáticas de la maravillosa actriz germana. Ahí quedan para confirmarlo, películas como: "Marruecos", "Fatalidad", "El expreso de Shanghái", "La venus rubia", "Capricho imperial" y "El diablo es una mujer", sin desconocer el atractivo que también tienen para la causa: "El cantar de los cantares", "El jardín de Ala", " La condesa Alexandra", "Ángel" y "Arizona". 


Recuperada para la posteridad por Orson Welles en "Sed de Mal", tuvo apariciones meritorias para "Kismet", "Los usurpadores", "Pittsburgh", "Pánico en escena", "Juicio en Nuremberg" y "La vuelta al mundo en 80 días". El periodista Julián Elliot escribió sobre ella, destacando una anécdota: "En su deslumbrante madurez con más de setenta años, Marlene Dietrich daba recitales a sala llena cantando en Las Vegas, Paris o Tokio, vestida con pieles, transparencias y lentejuelas. Una noche detuvo en seco el espectáculo. Había visto que un caballero sentado en la primera fila, a pocos pasos del escenario, escrutaba su rostro, con prismáticos desde esa proximidad obscena. Micrófono en mano, la diva lo interpelo con ese tono de voz bajo, lánguido y sensual, con que venía seduciendo audiencias en todo el planeta desde hacía décadas: No haga eso, reprendió educadamente al mirón. No destruya la ilusión. Esa magia, creada con artificios calculados al milímetro, nació de dos películas concretas: en Berlín "El ángel Azul" y en Hollywood "Marruecos".   


Con Emil Jannings en "El ángel azul" (1930). 


Junto a Gary Cooper y Adolphe Menjou en "Marruecos" (1930).


Con Cary Grant en "La venus rubia"/"Blonde Venus (1932).



En "El expreso de Shangai" (1932) con Clive Brook.



Brigitte Helm (1906-1996). Icono de los estudios UFA por su doble mítico papel en "Metrópolis". Actriz de extraordinaria belleza y una mirada cautivadora que caracterizo la mayoría de sus roles, se llamaba en realidad Brigitte Eva Gisella Schittenhelm. Fue su madre viuda quien la introdujo en la actuación. A los 18 años por Metrópolis, logro el reconocimiento mundial y el comienzo de una carrera destacada, donde demostró sus dotes histriónicas como en "El amor de Jeanny Ney", donde encarnó a una muchacha ciega. Habría de remontar en filmes como: "Crisis" de G. W, Pabst, "Mandrágora" de Henrik Galeen, "El dinero" de Marcel L"Herbier, "Manulescu" de Viktor Tourjansky y "La maravillosa mentira de Lina Petrona" de Hanss Schwarz. La actriz opto por retirarse con la ascensión del nazismo debido a la censura, ya que ella, odiaba que la limitasen por cuestiones ideológicas. Quizás por eso y como desafío al régimen, se casó con un industrial de origen judío con el que tuvo cuatro hijos, y no acepto emigrar a Hollywood cuando declino el rol central en "La novia de Frankenstein". Se mudo a Suiza donde regresaría a Alemania en 1942, después de la guerra. Murió un año después que se le hiciera un homenaje en la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas en Hollywood, quedando en el recuerdo para siempre por su doble papel en "Metrópolis".     


Como María con los niños en "Metrópolis".


Como el robot de "Metrópolis".


En acción inmediata en la citada película. 

Hidratándose entre toma y toma con el pesado disfraz.


Recibiendo agua mientras rueda una escena.


Una foto promocional de la UFA. Su expresividad radicaba en sus esplendidos ojos, acondicionados por el maquillaje que delineaba sus cejas.  


En "L"Argent"/El dinero" (1928) dirigida por Marcel L"Herbier con Pierre Alcover.


En "Araune" /"El ultimo experimento del Dr. Bricken" (1930) de Richard Oswald.


Como Antinea en "La Atlántida" (1932) de G.W. Pabst.


Emil Jannings (1884-1950). Actor alemán de origen suizo, cuyo nombre real era: Theodor Friedrich Emil Janenz, que inició su carrera teatral a los 18 años, recorriendo Europa central con distintas compañías. En 1916 es contratado por Max Reinhardt para actuar en el teatro en Berlín. Debuto en el cine en 1914 trabajando para algunos de los más prestigiosos directores de su tiempo como Ernst Lubistch y F.W, Murnau. Hacia 1926 viajo a Hollywood donde se transformó en un refutado actor, para ganar un Oscar como mejor actor en la primera edición de este premio en 1928, por las películas "La última orden" dirigido por Josef von Sternberg y "El destino de la carne" de Víctor Fleming. Su pésimo acento en ingles le llevo a regresar a Berlín donde interpreto uno de sus mejores roles en el clásico "El ángel azul" junto a Marlene Dietrich (ver). Gozo de una gran popularidad en el cine alemán, algunos dicen que, por su afinidad con el nazismo, otros en cambio por su estricta fidelidad a la profesión. Después de finalizada la segunda guerra mundial murió en Austria, pues no pudo regresar al cine de su país, debido a sus inclinaciones ideológicas. Algunas de sus mejores interpretaciones están en títulos como: Madame Dubarry, Ana Bolena, Otelo, Varieté, Tartufo, Fausto, El ultimo hombre/La última carcajada, La última orden, El destino de la carne, la calle del pecado, El patriota, El ángel azul y El cántaro roto".    


En "La última carcajada"(1924) de F.W. Murnau.


En "Fausto"(1926) de F.W. Murnau.



En "El destino de la carne" (1928) de Víctor Fleming.



Personificado para la película "The last command" (1928) de Josef von Sternberg. 


Encarnando al Profesor Rath en "El ángel azul" (1930) de Josef von Sternberg.


Con el primer Oscar de la Academia de Hollywood otorgado al mejor actor. 


Fotos y Opiniones-Gentileza: Berliner Zeigtun/ Kultur/ Alemania- Deutscher Stummfilm UFA- Filmpodium Plus/ Alemania- Bertelsmann-UFA Films Night/ Alemania- UFA Film Collection 1920-1945- Obras maestras del Cine Mudo de Luis Enríquez Ruiz, España- Universum Film AG 1917-1945- Goethe Institute / Chile- Philip Bühler- Eckhart Pabst- Jörn Hetebrüge/ Críticos- Revista Enfoque- Archivo. - 


Afiche promocional de una nueva versión remozada de "Metrópolis".


Poster de la película americana de Emil Jannings.


Cartel de la primera versión de "Emilio y los detectives".