"Que verde era mi valle" con Donald Crisp, Roddy McDowall y Walter Pidgeon. / De todas las películas que atesoro con más cariño, esta obra maestra de John Ford de 1941, debe estar entre las cinco primeras más favoritas de programa cinéfilo. ¿ Qué nos atrae tanto de una historia sobre una familia galesa de mineros del carbón, que se van desintegrando a medida avanza la modernidad en el tiempo ? Ford, el maestro de maestros, según Orson Welles, acondicionó de tal manera la novela original de Richard Llewelyn, sobre el estupendo guión de Philip Dunne, que el agregó mucho de la tradición irish, como las canciones corales, la música tradicional, el espíritu familiar, los ritos desde la cuna a la muerte, y le dio un barniz de inocencia a la trama, a partir de la mirada de un niño ( el estupendo Roddy McDowell ), que trabajó tan bien su papel, que el director lo titulo "Master" en los créditos. Es probablemente, la mejor película que se ha hecho sobre familias peninsulares, porque está todo lo que Ford dominaba con notable naturalidad, como los gestos, los momentos circunstanciales, los silencios, las debilidades humanas, los toques de accidental belleza ( como el viento calculado en el traje de novia de Maureen O"Hara, la salida de Walter Pidgeon con el niño McDowall semi inválido, por la floresta cubierta de azahares ), y la crítica punzante a la hipocresía, la humillación y la estupidez de las jerarquías que manejan el poder. Nunca ha habido una película más meritoria que ésta, al reflejar el comportamiento humano en períodos determinados de un ciclo vital. |
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