"Still the Water" de Naomi Kawase : En una isla subtropical japonesa, una adolescente aprenderá del ciclo de vida, muerte y amor, a conocer los sinsabores de la existencia para resurgir y asumir que la vida es igual de hermosa, si se aprende a vivir en armonía en correspondencia con su pareja, su familia y su naturaleza. Es una obra maestra en toda su extensión, no sólo porque aplica la metáfora a la misma naturaleza ( olas, viento, árboles, playa, fuego, tempestad), sino porque ilustra con un mínimo de recursos expresivos, la complejidad de la existencia. Kawase filma a la altura de la mirada. En una escena antológica donde se muere lentamente una mujer por una enfermedad incurable, y que es la madre de la protagonista, la directora integra la alegría de su partida con la música, la tradición, el amor familiar y la belleza que nos regala la Naturaleza. Hay en toda la película una sensibilidad cautivante, un sentido audiovisual por controlar los "tempos" de la narración, para expresar emociones utilizando sólo los gestos, las miradas, el tacto, el ruido, la noción del transcurrir de las horas, y la sensualidad de lo corpóreo integrado a lo espiritual. |
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