Quien ama la vida, ama el Cine.

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El cine es como la vida,pero vista a traves de la subjetividad de un lente.

jueves, 24 de julio de 2025

CINE PARA ADULTOS/ SOLO PARA MAYORES DE 21 AÑOS.

La mirada insolente.

¿Habrá algo más erótico que Ornella Muti recostada en la cama, atendiendo el teléfono con una mirada lasciva y mostrando sus dotes físicas en "El Fierecillo Domado"(1980)? El Erotismo siempre ha estado presente en el cine, como lo descubriremos en esta nueva entrada del blog, que integra una selección de películas para adultos con criterio formado.


Ornella Muti: Odalisca de los ojos verdes brujos.


Ornella Muti. Para las tribunas cinéfilas de los años 70 y 80, esta preciosa odalisca romana, fue protagonista de los sueños eróticos húmedos de cientos de jóvenes entusiastas de todo el orbe, que vibraban con ella, cuando la veíamos iniciar en el amor sexual a innumerables varones que le coqueteaban en cada una de sus películas, buscando satisfacer un libido alto y presuroso. Ornella era una belle raggaza, de hermosas facciones físicas y un rostro de gatita dulce y sensual, que desparramaba urgentes ansias amorosas en la cama, con una apertura de criterio que fue osado para esos tiempos.        


"¿Yo, un mito? No soy ningún mito, sino una actriz que ha hecho cosas bonitas", señala la interprete que celebró en marzo, sus setenta años de vida. Ella recuerda que comenzó a los 14 años, "Acababa de acompañar a mi hermana a una audición, pero el papel era para una chica de 14, y dada mi edad, era más adecuada que ella". Siempre soñó con ser bailarina clásica o maestra de jardín infantil "pero soy actriz y está bien", reflexiona.



Acerca de su familia, ella está muy feliz cuando recuerda a sus tres hijos. "Siempre ha sido ese mi fuerte. "Adoro mis nietos. Pero mis hijos, si lo pienso, lloro. Mirándolos a los ojos y pensando: eso es mío. Me dio una felicidad extrema. Tres hijos. Y todos amaban por igual. Parece desde fuera que solo tengo a Naike, porque es muy activa en las redes sociales. Con Naike, sin embargo, hay una relación especial. La tuve cuando tenía 19 años. Era mi hermanita, mi guía, ella me salvó. Recuerden que soy una chica de los años 70. Yo era joven y era una época en la que se experimentaba con la droga. Había un grupito en Roma, todos famosos y los hacían. Pero tuve que volver a casa con ella. Ella, era mi faro. De lo contrario, quien sabe, ya sabes que se cometen errores", confiesa. De algún modo, ella estuvo presente en el sueño erótico de miles de jóvenes que atesoraron sus apariciones en películas de distinto interés y resultados.


"La casa de las palomas" (1972) de Claudio Guerín. Un drama con aire rural sobre la rivalidad amorosa entre una madre y su hija, con el suficiente tono erótico como para dejar la boca abierta. Fue muy popular en España y elevó la figura de la Muti por los cielos del cine para mayores con criterio formado. Le acompaña Lucia Bosé.


"Experiencia prematrimonial"(1972) de Pedro Maso. Comedia algo socarrona acerca de una pareja de novios que, con el debido consentimiento de sus padres, deciden arrendar un cuarto en un edificio a ver que resulta. La típica muestra de moralidad tibiecita y erotismo displicente, donde la Muti se lleva la presea. 


"Apasionada"/"Romanzo Populare" (1974) de Mario Monicelli. Una divertida e interesante comedia acerca de un cincuentón milanés (Ugo Tognazzi), y una jovencita siciliana que aceptará convertirse en su esposa (Ornella Muti, claro), pese a su condición de ahijada, y todo para salir engañándole después, con las consecuencias del caso. Esta firmada por uno de los genios de la comedia italiana de todos los tiempos.     


Ornella muestra en esta película todos sus atributos eróticos, y con una historia con un contenido que la hace muy interesante en su estilo. Ya sus curvas de piel láctea daban mucho que hablar, y su intensidad amorosa, arrulló no pocas jornadas nocturnas en los cines de barrio de las periferias urbanas. En la época en que las medias no tenían ligeros.


"La alcoba"/"La Stanza del vescovo" (1977) de Dino Risi. Otra de las típicas comedias de enredo con recapitulaciones en la alcoba. Un héroe de guerra flojo y mujeriego, se hace amigo de un joven solitario que tiene un velero, y lo lleva de visita a su casa, donde conocerá a su esposa y a su joven y atractiva nuera. Ya se imaginarán el resto. En todo caso, el relato está muy bien narrado y tiene sus tonos eróticos dosificados, lo que le da mayor atractivo al cuento y evita desbordarse.


"Casi una historia de amor"/"First Love (1978) de Dino Risi. Con el rostro dulcificado como diciéndole al macho "ven que te espero entre las almohadas, porque ya estoy lista para hacer el amor", Ornella metida en una aldea para viejos artistas, aparece con un desempleado que deja el mundo del vodevil y, de menor fortuna, se la hace y se la juega por ella. Exquisita como pastel de manzanas, tiene la virtud de no hostigar y nos impulsa a salir con una sonrisa agradable en la cara. La típica comedia costumbrista italiana con visos sexuales, algo pícaros y calenturientos.     


"El fierecillo domado" (1980) de Franco Castellano y Giuseppe Moccia. En la época en que Adriano Calentano era el rey de la taquilla, a los productores se les ocurrió juntar, al soberano comediante y cantante popular, con la preciosa odalisca en una reversión humorística de la célebre pieza de Shakespeare con la supuesta guerra de sexos. Para la anécdota, queda el impulsivo romance que vivió la actriz con el actor, dentro y fuera del set. 


"La muchacha de Trieste"(1982) de Pasquale Festa Campanile. Esta película dio mucho que hablar porque Ornella sale completamente calva, interpretando a una chica con perturbaciones mentales que enamora a un desprevenido Ben Gazzara. Ella es un espíritu libre como un zorzal que se niega a vivir en cautiverio feliz. En todo caso, aparece exquisita y vulnerable en extremo. Como siempre Ornella, cautivándonos por su magnífica figura de chica sensual, diáfana y sensible. Un inolvidable recuerdo de esas tardes en el cine, aprendiendo los códigos del amor intimista. 


Edwige Fenech: Entrañable profesora.

Edwige Fenech. De todas las hembras características del cine erótico de los años setenta, esta joven preciosa hija de orígenes malteses y sicilianos, cosecho gran popularidad en el género de la comedia erótica italiana. Nunca se dejó engañar cuando tenía que salir desnuda mostrando sus virtudes físicas, porque en verdad las tenía de sobra, y menos, renegó de la censura impuesta en nuestros países, donde la totalidad de sus filmes, calificaban para mayores de 21 años.  


Al contrario de la Muti, Edwige Fenech era una mujer hecha y derecha que sabia contener al macho entre las almohadas cuando mostraba para que aparecía en este mundo. Fue numerosas veces exuberante y atractiva profesora de lenguas, de matemáticas o ciencias naturales. En el ramo que le pusiesen, siempre estaba dispuesta a mostrarle a sus alumnos que la práctica del sexo era satisfactoria y aprobaban clases en los que se sometían a sus designios más lujuriosos y factibles.   


Teñida de rubio, colorina o azabache, Edwige no suponía versatilidad ni manejo controlado de sus emociones. Ella era un cuerpo en constante búsqueda de satisfacción hormonal, odalisca de la lámpara perdida de Aladino que perdió su virginidad en el desierto en manos del sheik, y que, justamente nunca oculto sus ansias extremas de amor sexual.     


Su carrera comenzó en el mundo de la belleza, ganando el Miss Mannequin en la Costa Azul y luego el "Lady Francia", lo que le significo boletas para ingresar al mundo del modelaje. Fue una de las amantes del empresario Luca Cordero di Montezemolo, presidente de la FIAT y Ferrari, así durante un tiempo, no le falto ni techo, ni casa, ni automóvil.  


Comenzó en el cine en películas eróticas de bajo presupuesto, o sea, cine barato, pero donde la falta de moneda se llenaba con el cuerpo de ella. Porque ella era el filme. A fines de los años 60 y 70, se atrevió a trabajar en películas "giallo", o sea, thriller terrorífico, pero gritar de miedo no era su fuerte, por lo que más tarde, insistió con el erotismo logrando la consagración con "Quel gran pezzo dell"Ubaldatutta nuda e tutta calda", un "Decamerón" más ardiente y lujurioso que barrió en la taquilla.  


Se transformó en la Reina de la comedia erótica italiana en todas sus gamas, ya sea escolástica, castrense, hospitalaria, policiaca, con ella encendida como fogata en la playa. Sus desnudos integrales como en "La Pretora"(1976) hicieron historia porque era atrevida, insinuante, lasciva y muy excitante. Hasta su última película en 1981, Edwige fue un ángel provocativo que incendio las butacas, con su presurosa forma de iniciar a los más jóvenes en el camino del amor.    


No hay recuerdos perversos con Edwige, quizás porque ella ofrecía en abundancia lo que mejor mostraba en sus fotos promocionales. Su erotismo dulce y caluroso se pegó a las carteleras de los viejos cines del centro, con real delicia de los "viejos verdes" y de los estudiantes secundarios, que escapaban clandestinamente de sus horas de clases, para verla aparecer como un fantasma pecaminoso, convertida en la profesora ideal de esos sueños húmedos. 


Recuerdo este cartel pegado en un cine de mi ciudad, con el título doblado al español "La Profesora de Lenguas". No es que la chica enseñara idiomas solamente, también mostraba, sus piernas, sus medias y su exagerado pecado. 


Edwige como jueza podía ser implacable y lograba hacer justicia con el favor de su insinuación. Nunca fue más que una presencia, cálida, sensual, sexual, exquisita, preciosa y vulnerable a sus propios impulsos. Paso por casi todas las profesiones honorables, aunque terminaba siempre mostrando cuerpo, alma, bustos y piernas.


Finalmente, las lecciones que daba Edwige en la cama, eran la práctica que venía de la teoría explicativa y sumarial. Esta muchacha nunca perdió el tiempo en explicaciones verbales superficiales, porque adoraba el aroma de las flores, de la naturaleza y de la colonia varonil. Suma para la raya: su cine marginal, falto de pretensiones artísticas mayores, excesivamente arquetípico y popular, nos vino a recordar la importancia que ha tenido siempre el erotismo en el desarrollo del arte.   


Alessandro Momo: Un eterno adolescente.


Alessandro Momo (1956-1974). Hay figuras que el tiempo borra rápidamente y que han sido parte del cine en una época definida. Como el rocío a la hierba, este joven actor italiano, dejó una huella visible en unas pocas películas, que marcaron tendencia en el erotismo de su tiempo. Si fue un buen actor en potencia, nunca lo sabremos, porque su carrera se frustro violentamente cuando se accidento con su motocicleta, perdiendo la vida en el ascenso de una prometedora trayectoria. Momo fue un icono joven de cierto tipo de comedia peninsular, que nos enseñó distintas lecciones sobre las tribulaciones del amor. 


Su apariencia de niño bueno e inocente que descubre el atractivo por el sexo opuesto vino a llenar varias veces la cartelera, a riesgo de parecer un icono repetitivo y esquemático. Podía ser travieso, mordaz, inteligente y amistoso, a guisa de parecer siempre, como el joven de pueblo chico, algo soñador y misántropo.  


"Malicia"/"Malizia"(1973) de Salvatore Samperi. Desafió todos los tabúes establecidos al mostrar a un adolescente calenturiento acosando a una mujer adulta. La historia no podía ser más polémica, pues gira alrededor de un viudo y sus tres hijos, todos detrás de su ama de llaves que no solo cuida la casa. El filme se inscribe en la corriente de la comedia erótica de visos polémicos. A Laura Antonelli le dieron un premio como la mejor acosadora de su época.     


Momo roba cámara en sus intervenciones más espontáneas. Su rol adolescente cobra absoluto sentido, cuando no puede evitar sus ardientes deseos de conocer en la intimidad absoluta a su ama de llaves. Es el mal de la familia. Sin una madre presencial, el consuelo llega desde afuera. 


En "Pecado Venial"(1974) con Laura Antonelli. Momo es Sandrino que está de vacaciones en Versilia en 1956. La esposa de su hermano mayor es objeto de seducción, y ese deseo por su cuñada, se transforma en la peor o mejor pesadilla que pudiera aventurarse. La libido de los primeros años de juventud, son el principal detonante de esta curiosa película para adultos.   


Sandrino le ajusta el sostén a su cuñada.


La cuñada, a su vez, coquetea sin ponerse colorada con su joven compañero. En la lógica de la película, la experiencia amorosa se arma de paciencia, mientras los espectadores hierben sus instintos, en la máquina proyectora del celuloide de otros tiempos inconmensurables. Cosas del destino del buen Momo.    


"Perfume de mujer"(1974) de Dino Risi. Aquí con Agostina Belli. La mejor película de Momo, que tuvo una versión americana con Al Pacino y Chris O'Donnell. Un capitán italiano ciego, acompañado por su lazarillo, le convida en un viaje a reconocer mujeres hermosas utilizando solo su olfato. 


Mas allá de la química que se establece entre Vittorio Gassman y Momo, la película contiene escenas hermosas, sutiles y sensibles, que arropan el sentido catártico de descubrir el erotismo olfativo en un hombre de vasta experiencia. Es un filme con una lección moral al final, que eleva el concepto de pura entretención. 


La tumba del actor enterrado junto a su madre. Murió prematuramente víctima de un accidente en motocicleta. 


Brigitte Bardot: Y Dios la creó a ella.


Harta tinta se ha gastado en escribir sobre ella, en una época en que llego a ser más famosa que la CITROEN. El jabón LUX la hizo especialmente conocida en todo el mundo. Idolatraba las duchas de agua tibia, enjabonada hasta las cejas, siempre fue mucho más de lo que parecía irradiar en sus películas. Niña bonita, menuda pero exquisita, cuyo escenario parecía siempre estar destinada a las camas, y en ellas aparecía desnuda, cubierta por unas sabanas ceñidas a su escultural cuerpo. Siempre retozando en actitudes mimosas y gimiendo como gatita regalona proclive a lanzar sonrisas perversas e insinuantes.     


Brigitte era la musa destinada a gustar a todos los varones que se le cruzaban en el camino, sean jóvenes achulados o viejos cachondos. En "Y dios creo a la mujer" como una joven huérfana de dieciocho años, sus vaivenes admirativos se compartían entre un jovencísimo Jean-Louis Trintignant, un recio compulsivo Christian Marquand, un simpático adolescente George Poujouly y un viejo adinerado, exageradamente pesado y exigente, Curd Jürgens. Todos iban detrás de su presa. BB se quedó con el mejor hombre que sacrificó su destino por amor a ella. Entre sábanas encendidas a fuego lento, BB aceleraba su ímpetu carnal, con destemplada ansiedad y libertad, sin ataduras y sin tiempo.   


Podía ser una preciosa chica en celo, sin remilgos o frustraciones banas, y como escribió Terenci Moix: "Su comportamiento público llegó a influir de tal modo en las nociones morales del espectador, que bien puede considerársele fundadora de una era de permisividad o, cuando menos, del anhelo de conseguirla. En este sentido levantó la admiración de los progresistas cuando declaró: "Cada vez que me enamoro, pienso que es para siempre". Sus amores fueron proclamados, discutidos, ensalzados, criticados u odiados". Porque ella fue el tema de conversación de casi todo el mundo.    


La perfecta simetría de su rostro decoró numerosas portadas de los magazines más importantes del orbe. Vuelvo a citar a Moix: "Fue todo un personaje, que no una actriz. El chauvinismo de sus compatriotas la ensalzó a alturas hiperbólicas y el escándalo hizo el resto. Picó en el anzuelo una dama tan respetable como Simone de Beauvoir, quien escribió un sesudo ensayo sobre el mito Bardot y y el fenómeno que se llamó "bardolatría". Todo ello excesivo. Pero el mundo acogió la mercancía con ilusión y la consumió sin reservas".  


Amor Prohibido (1958) de Claude Autant Lara. Puede que no sea la mejor película de la BB, pero es una de las más intensas. Interpretaba a una poule acusada de robo y cuya defensa toma un célebre y veterano abogado (el extraordinario Jean Gabin), que cae seducido por ella, cuando aparece con una falda arremangada, mostrando todas sus presas al aire. Encarnaba a una joven absolutamente amoral, fuera de las reglas establecidas y de educación tradicional. La publicidad con la fotografía donde sale mostrando sus tersadas piernas, fue la mejor imagen de esta etapa de su carrera, que atrajo espectadores por miles, como miel a las abejas. BB era la Abeja Reina, sin duda y podía darse esos gustitos.     


"Amores célebres" (1961) de Michel Boisrond. Un típico filme de episodios que optaba por efectuar cierta síntesis histórica, con Alain Delon y BB, que le tocó hacer de amantes fatales en el episodio "Agnes Bernauer". En todo caso, la reunión de ambas estrellas hizo correr mucha tinta en periódicos y magazines de la época. La película así se vendió sola y BB demostró que podía ser mujer de épocas pasadas, metida en enredos amorosos de mirada actual.


"Solamente por amor" (1961) de Roger Vadim y Jean Aurel. BB encarna a una joven modelo bastante frívola, que se entera que su novio la va a dejar para siempre. Entonces a ella se le ocurren dos posibilidades: intentar reconquistarlo o asesinar a su rival. Gracias a Dios, cuenta con la ayuda de un médico para poner en marcha la primera opción. Con Josephine James, Mireille Darc, Claude Brasseur y Michel Subor.


"El amor es asunto privado"/ "Vida privada" (1962) de Louis Malle. Fue una película que se arrancó con los tarros, porque la idea central era mostrar los tiras y aflojas de una pareja (BB y Marcello Mastroianni), pero el relato se convirtió después en la biografía de una estrella obsesionada con la prensa y los fotógrafos. Era en sí misma, una autobiografía muy para solventar el mito de la BB. En todo caso, BB aparecía preciosa, con unos shorts que dejaban muy poco espacio para la imaginación de los más puritanos.   


"El desprecio" (1963) de Jean-Luc Godard. Basada en la novela de Alberto Moravia, es la típica película intelectual de los años sesenta, llenas de diálogos antojadizos y con la figura sensual de la BB, mientras se preparan para el rodaje de una película sobre "La Odisea" con Fritz Lang, que aparece en un significativo papel. Por ella, bien vale la pena el sacrificio de mamarse toda la enjundia, nunca tan plácida y lograda como parece ser. Acompañan a la BB, Michel Piccoli, Jack Palance, Georgia Moll y Linda Versa. Godard también aparece en el relato.   


"Viva María" (1965) de Louis Malle. Según Moix: "Malle explotó muy bien el encanto de BB, en una deliciosa aventura que la presentaba como un rapazuelo, hijo de anarquista, que empieza colocando bombas por todos los puentes y vías ferroviarias de México y, de pronto, se esconde en una compañía de titiriteros y se convierte en cupletista. Lo cierto es que nunca estuvo tan bella: gloria pura. Su pareja en el carromato era Jeanne Moreau, extraordinaria como siempre, pero siempre dispuesta reírse de todo". Sin duda, una de las mejores películas de su filmografía. Y aquí nos bajamos con BB, para que descubran este puñado de obras siempre interesantes de ver, con la experticia que regalan los años. 


Sylvia Kristel: el sexo en las alturas.

La joven neerlandesa cosechó el triunfo cuando fue "Emmanuel", que practicó el amor en alturas, pero su vida pareció más el argumento de un drama para hacer una película trágica. Comenzó como secretaria antes de convertirse en modelo y cuando tenía 20 años, ganó los concursos de belleza "Miss TV Holanda" y "Miss TV Europa". Su mayor virtud fue que era políglota, o sea dominaba muchos idiomas como el inglés, el francés, el alemán, el italiano y nunca menguo cuando le propusieron en el cine, dominar en escena a los machos con su propia belleza. Tenía una imagen sexualmente provocativa, que hacía subir la temperatura en los cines, golpeaba a la censura, mientras conquistaba a su hombre ideal en "El amante de Lady Chatterley" o se regocijaba como espía en la primera guerra mundial interpretando a "Mata Hari".     


"Emmanuelle" (1974) de Just Jaeckin. Nunca se pudo borrar los designios de esta película erótica que la llevo a la fama y que fue vista por más de trescientos millones de espectadores en el mundo. Atrevida y algo perversa, incluye escenas de violación, masturbación e incitación vaginal. Todavía hoy retumba en los sentidos, por su total apertura a mostrar sin límites, los placeres del sexo y sus controversias más o menos salvajes.     


Sylvia parecía un leopardo en celo, con una mirada impredecible, sabia ser indomable y felina a la vez. Arriba de un avión practicando el sexo sin tapujos, se servía de las mieles del amor, como una vampiresa que nunca termina de saciar su hambre impúdica. Podía ser ruin, mordaz, apetitosa, infiel, pasajera de una sola visita y con rumbo fijo. Nunca denostó de las escenas más calenturientas, como si su público solo le exigiera "saber estar, existir, hacerlo y partir para la casa".   


En estricto rigor, podía someterse al lado más oscuro de la posesión amorosa. Sylvia se fusionó entonces, a su personaje más característico: Emmanuel, como si en realidad, fueran uno solo. En este sentido, su vida real fue un torbellino arruinado por la adicción al alcohol, las drogas, y su azarosa búsqueda de felicidad con hombres demasiado mayores, siempre justificando la falta paternal, termino en la angustia, la desesperación y la soledad. En su infancia a los nueve años, como cuenta en su autobiografía, fue violada por el huésped de un hotel, hecho que la marco para siempre. Además, se cuenta que sus padres se divorciaron cuando tenía catorce abriles, en el momento en que su progenitor abandono la casa, para irse a vivir con su amante. Digna de un biopic dramático, la vida de la Kristel escapa de los augurios de esplendor económico que le brindaron sus películas más controvertidas. Emmanuel tuvo exitosas secuelas que impusieron su nombre en las marquesinas de los cines calificados hasta con triple Xs. En la vida real luchó contra el cáncer hasta sus últimos días. Como fumadora empedernida de cigarrillos sin filtro, la Kristel falleció en su casa en la Haya, a los 60 años de edad. Dejo un hijo que vive en Holanda. Cabe señalar que, en los últimos años de su vida, se dedicó a exponer sus pinturas en Ámsterdam, en lo que era su otra gran pasión artística.  


"El amante de Lady Chatterley" (1981) de Just Jaeckin. Adaptación de la novela homónima de D.H. Lawrence, que se escapa a su lado más sexual, dejando menos contenido a un relato que habla sobre las diferencias sociales, al mostrar la relación amorosa clandestina, entre una chica de alta alcurnia y un hombre de baja extracción, en la moralista Inglaterra de los años veinte del siglo pasado. Como siempre hay unas escenas tórridas, donde la Kristel se lleva todos los pergaminos, las medias y las enaguas. Ustedes me entienden. Nicholas Clay de "Excalibur", deja las espadas por la ropa interior de una chica extralimitada en su pasión desbordante. 


Inolvidables primas: la primera atracción.


"Tiernas primas" (1980) de David Hamilton. Rodada con el uso excesivo del lente fluo (que deja ver las imágenes como si fueran grabadas bajo un velo), este drama costumbrista y rural acerca de un adolescente iniciado en el juego erótico por sus primas en el campo, en el verano de 1939, en la Provenza francesa, tiene más de belleza light que otra cosa. Fue rodada por un controvertido fotógrafo, escaldado de pedófilo, que dio mucho que hablar en su tiempo, al fotografiar jóvenes desnudas en un anuario y mantener un estilo bastante estetizante.  


Al contrario, esta película no tiene nada de escandalosa y muestra algunas obviedades propias de su exagerado esteticismo. Tampoco se define mucho por el lado del drama o de la comedia costumbrista, si bien, hace hincapié en el despertar erótico de un muchacho de catorce años por una de sus primas. 


Si bien la historia resulta interesante, se derrumba rápido por su falta de pretensiones dramáticas, y tiene un ritmo demasiado agotador, pese al marcado interés por la belleza maniquea de su fotografía.  


De los escasos recuerdos que tengo cuando la dieron en uno de los cines de mi ciudad, está el atractivo que despertó entre los más jóvenes, el tema de la iniciación erótica del muchacho. Ciertamente todas las expectativas se borraron rápidamente por la escasa fortuna, de definir un argumento que merecía un sentido de la observación que va más allá de la obviedad estética. El preciosismo ahogó el sentido autoral que podía tener este relato, que pasa hoy por trivial y aburrido.    


Como consecuencia de la tibieza que domina la floja narrativa de esta fallida obra, hay que precisar, eso sí, que está cubierta por hermosas mujeres que no alcanzan a encandilar el entramado rural de un joven en el despertar de su vida. Es como si el propio director, se hubiera dormido en sus laureles sin lograr elevar el contenido de su propio relato. Ternura con deuda.    



El amante oriental: la prueba sin límites.


"El Amante" (1992) de Jean Jacques Annaud. Una película polémica, controvertida, pero excelentemente narrada e interpretada, que confiere al género erótico, un aporte sustantivo por su atrevimiento y su especial exposición de una atracción sexual incontrolable. Basada en la novela- memoria de Marguerite Duras con el extraordinario guion de Gérard Brach, recrea el encuentro amoroso medio clandestino en el Vietnam colonial de 1929, de una adolescente francesa con un comerciante chino.  


Pese a la diferencia de edades, ellos mantendrán sus relaciones erótico-sexuales a resguardo, condicionando sus salidas y encerrados en un cuartucho de hotel, donde no hay límites de tiempo, espacio y unidad. Annaud efectuó muchas de las escenas sexuales, en vivo y en directo, evitando eso sí, rodar las genitales masculinas y femeninas, lo que califico en innumerables países como cine soft core.    


En Chile, la película se exhibió casi exclusivamente en Salas de Arte y Ensayo, por la reputación internacional de la Duras y el prestigio ganado de Annaud, a estas alturas un icono del cine francés más comercial y artístico. Jane March y Tony Leug se transformaron en iconos del amor interracial, y prueba factible de que las relaciones sexuales pueden ser dinámicas y consientes de madurar situaciones y traumas no siempre tan explícitos. 


El filme tiene la virtud de transmitir el intimismo más abrasador de esta pareja, sin trastocar o manipular demasiado sus fines nostálgicos. Hay, además, en esta mirada de gran preciosismo fotográfico, una intensidad por perpetuar las relaciones entre Oriente y Occidente, con la capacidad suficiente de valorar el vínculo más llamativo del amor, sin trabas, sin prejuicios y sin burocracia.    


De algún modo, "El Amante" ejemplifica que el Arte también puede ser adulto en su mirada, en sus juicios y en su manera de enfocar, los temas más relativos a las disyuntivas culturales, las atracciones eróticas y sexuales entre personas de distintos orígenes y edad, y sin condenación, liberar las trabas de los rigores sociales más conservadores, que la Duras mancilló en un puñado de notables obras literarias. Muy recomendable. 

Fotos & Entrevistas: Il Messaggero (Italia)- Cine Europa- Mis Inmortales del Cine de Terence Moix- Paris Match- Metro Goldwyn Mayer Pictures- Vogue- Elle- Huff Post de Australia- Journal des Femmes-Paris- El País/España- The Telegraph- The New York Times- The Boston Globe- ABC News- Unifrance- The Economist- Variety- BBC Mundo- Archivo. -


Cartel de "Casi una historia de amor"de Dino Risi.


Afiche de "Vida privada" de Louis Malle.



Poster en inglés de "El Amante" de Jean Jacques Annaud.